jueves, 28 de junio de 2007

PROPOSICIONES INDECENTES

Por lo visto, el de Arriba se está comportando con nosotros esta semana. Por aquí han bajado esas temperaturas cabronas que le quitan a uno las ganas de nada que no sea a la sombra y con una cervecita en la mano. Lo dicho, que está haciendo un fresquito que encanta, y el cuerpo, por ello o porque no sabe lo que se hace, pide guerra.

Están siendo estos días, pues, tiempo de subidón, de buenos entrenamientos y, soñador que es uno, malas ideas. No es que mi estado de forma haya sufrido modificaciones excesivamente notorias, pero la mejora en las sensaciones, y en algún detallito del reloj, sí son dignas de ser tenidas en cuenta.

Ayer rodé por el camino de La Cucanya, cruzando de Fornells a Alaior por el segundo alto insular, el Puig de Sa Roca. Es un recorrido que me gusta mucho, porque discurre en su totalidad entre bosques, por una senda que es un contínuo sube y baja, y por donde encontrar un coche es poco menos que un milagro. El camino de montaña en sí tiene una distancia de 8,4 kilómetros, gps en mano, y de la última vez que lo hice, hará cosa de un mes y medio, a ayer, le pegué un mordisco al crono de más de 6 minutos. De todos modos, lo fundamental para mí fue lo bien que me encontré subiendo, porque las cuestas son contínuas, y donde antes tenía que reducir para evitar que el corazón se me saliera por la boca, ayer fue un trotar con buenas sensaciones. Aún así estamos hablando de menos de 9 kilómetros a un ritmo un poco por encima de 6'10", aunque sea una travesía de montaña. Para mí está bien, pero poniendo los números se puede ver que de FastPepe aún ná de ná.

Hoy he sacado la bici de montaña. También he subido a Sa Roca, esta vez desde abajo. Es curioso porque antes en esas cuestas echaba pie a tierra y ahora subo aunque sea sufriendo un poquito. Al final con el puerto y todo, me salieron 31 kilómetros, para 1 hora 40, que para las cuestas y tratarse de caminos y no de carretera, está el tema bastante apañao. Lo dicho, como ayer, lo mejor, las sensaciones.

Y en época de bonanza siempre me pasa lo mismo. Supongo que es una reacción por el tiempo en que no he sido capaz de hacer nada importante. Cuando estoy bien, empiezo a construír castillos en el aire, aunque como soy tan cabezón, suelo cumplir con cada locura en que me embarco. Aún así, no voy a tomar ninguna decisión con respecto a mi calendario hasta después de las dos carreras de octubre (21 y 42km), porque sino me voy a volver loco, pero estoy recibiendo últimamente demasiadas proposiciones indecentes...

Un abrazo a todos, habituales y no tanto, que tengo el día Teletubi.

lunes, 25 de junio de 2007

A POR ELLOS

Voy lanzao. No sé si es el plan, el coach, la promesa de futuras recompensas o una más que probable pérdida del juicio, pero la sesión de esta tarde me dejó con las pilas cargadas y la moral por las nubes. De todos modos lo mejor va a ser que tenga los pies en la tierra y la cabeza en su sitio, porque esto no ha hecho más que empezar.
Hoy correspondía según el plan una sesioncita dedicada a las modulaciones cortas, que según el coach no son series, pero a mí me parecen una judiada poco menos que comparable. Después de un calentamiento digno del mejor encierro sanferminero, con los dos mihuras desbocados en esa progresión de rodaje, le he dado las buenas tardes a mis isquios con sendas reverencias. El coach no es muy partidario de estirar antes de la batalla, y sí de hacerlo mucho y bien al final, como dedicando un tiempo especial al recuento de bajas. Aún así, no me he permitido las diagonales a ritmo de 400 a que he sido sometido sin antes avisar a mis maltrechas piernas sobre lo que parecía avecinarse.
Modulaciones cortas, uséase, una vueltecita rápida (casi a lo que dé) y otra lenta recuperando el resuello y la dignidad perdida. Bueno, el tema llevaba un poquito más de ciencia en su planteamiento, pero para qué aburrir con fríos datos cuando de números están las páginas de los buenos llenas. (¿Cómo era eso? ¿Dejemos las marcas para los atletas?). La pura cuestión en sí es que el bueno del coach anda recuperando la forma a pasos agigantados, y me ha llevado con el gancho en la primera repetición, corriendo algo más rápido de lo previsto (siempre que para el tortuga que suscribe "algo más rápido" sea poco más de 4 minutillos el mil). Por suerte esa tortura duró sólo 475 metros y algunos exhabruptos por mis cuerdas vocales emitidos, acordándome de la madre del coach y de algunos de sus antepasados tristemente finados. Ahí el pulsómetro se ha puesto en plan cachondo, y me ha dicho aquello de ¿dónde vaaaaaaas?¿a ver si ahora nos creemos Bekeleeeeee? Al menos eso he entendido yo, porque el pobre no hacía más que pitar a pleno pulmón y encender todo tipo de luces rojas, que digo yo que no es el color de la esperanza precisamente.
El resto de la sesión, puesto el coach en vereda, ha transcurrido ya dentro de unos cauces más cercanos a lo que se nos supone a ambos. Los tiempos han salido y de vuelta a casa las sensaciones son prácticamente inmejorables, como me sucede cada vez que hago un entrenamiento en condiciones. Las piernas bien, el coco mejor. De todos modos esto no ha hecho más que empezar. Mañana trideporte, porque aparte de las pesas (sí, hasta un acérrimo enemigo de mover hierrotes como yo...) me toca nadar y, si el día da pa tanto, sacar la bici por la tarde. De momento no es la flaca, porque ando aún con la de montaña parriba y pabajo, pero le estoy echando el ojo a un par de elementas y antes o después la flaca caerá.

domingo, 24 de junio de 2007

TENEMOS UN PLAN, OTRA VEZ

Primero vino un plan llamado "del sofá al medio maratón". Terminado éste, el gran reto de los 42 de Barcelona también tuvo su correspondiente planificación. Varias carreritas cayeron antes del Gran Día, y en marzo de este año se cumplió el sueño. Tras la correspondiente recuperación, y sin objetivos demasiado claros me fui al festival gastronómico de Almansa, que incluyó un paseo de 21 kilómetros por todo el pueblo y un baño de camaradería impagable. Ahí no hubo plan. Después vinieron las ganas de mejorar, el Coach, los sueños de 3en1 y por fin, mañana es lunes.

Mañana empieza el nuevo plan. Subidos a él debemos llegar a cubrir una serie de objetivos, unos más concretos que otros:
Por un lado, y como retos deportivos en sentido estricto, tengo una ilusión bárbara por bajar de 2 horas en el Medio Maratón de Menorca el domingo 7 de octubre. Dos semanas después, la cita es con el plato fuerte de otoño, los 42 y pico del Tui Maratón de Palma. Ahí los objetivos son más de sensaciones que de crono. Dicen que el primer maratón hay que ir a terminarlo y en el segundo a mejorar tu marca. A mí, por el respeto que le tengo ahora a la distancia, me va a bastar con acabar un poquito mejor que en Barcelona (en menos de 5 horas si no es mucho pedir). Por último, como objetivo genérico y por el amplio margen que me da tan bajo punto de partida, me planteo sobretodo mejorar corriendo y, sin agobios, en la bici y nadando.

El 80 % del éxito está en la dieta, en mi caso así es, y bajar los kilos que llevo en la mochila ya no es sólo una cuestión de mejora sino de garantía contra las lesiones, sobretodo si los entrenamientos de calidad empiezan a ser el pan nuestro de cada día. Por esto es por lo que pienso que meter natación y bici va a ayudarme a mejorar esa resistencia aeróbica sin sobrecargar tanto mi maltrecha estructura músculo-esquelética (además de disfrutar por la variedad que ello introduce en el plan).

Esto es lo que en realidad cuenta. Lo que venga dentro de algunos años ya vendrá. Claro que querría celebrar mis 40 primaveras con alguna animalada atlética, pero eso llegará en su debido momento, dentro de un tiempecito. Ahora mismo, a sus órdenes, Coach.


martes, 19 de junio de 2007

NO ME HE VUELTO LOCO (que yo sepa...)

Futura Ironman finisher saliendo del agua. Todos detrás. Así cualquiera.

Sorprende en sobremanera que uno cuelgue un post pensando en voz alta, contando una de esas ilusiones que son, o no son, y aparezcan legión (afortunadamente) de comentarios deseando suerte en la empresa. En lo del Triatlón estoy con Sor Triatleta-naturista: lo más probable es que sea algo muy divertido. Yo disfruto especialmente metiendo natación y bici para descansar de correr. Me permite seguir trabajando mi resistencia cardiorrespiratoria sin machacar los grupos musculares propios de la carrera. Con la bici desaparecen los impactos contra el suelo, y el trabajo excéntrico de los isquiotibiales, que ahora son mi punto débil. Con la natación trabaja básicamente el tren superior. Además uso bastante unas palas específicas de nadar, con lo que brazos, hombros, pectorales y dorsales se entrenan aún sin querer. En los triatlones está demostrado que el nivel de los participantes es de maquinorros para arriba, y en mi puñetera vida me había planteado ni por asomo sacar la nariz en una competición de ese estilo. La larga distancia es diferente. Ahí caben los fenómenos y los menos fenómenos, los de 8 horitas y los que luchan por evitar el cierre del control a las 15 o 17 horas (según competición). Es un reto de dureza superlativa que está ahí para quien quiera recoger el guante, y a largo plazo me parece la mar de atractivo. Eso es todo.

Pero no me he vuelto loco. Empecé a correr "de verdad" hace aún menos de un año. Desde entonces he corrido un maratón, tres medios maratones y muchas carreras más cortas. Y ese es por ahora mi mundo (y que dure).


En la última carrera, en La Mola. Al fondo los perseguidores. Careto de sufrimiento, y eso que bajaba. Foto cortesía del Coach, que corría un pasito por atrás.

Eso es en puridad lo que debo afirmar, no sea caso que me empiecen a preguntar por el Ironman con demasiada frecuencia. De momento es corriendo como me encuentro a mí mismo, soy feliz y pretendo mejorar. La bici y la piscina me divierten y me ayudan, y con ello seguiré. Para los 40 (y faltan 3) habrá que organizar algo y liarla, pero queda tantísimo...

Mañana empiezo a entrenar sin mirar al jodisquiotibial. No hay ni dolor ni molestia. Ya no lo hubo anteayer cuando rodé 23 minutillos de test. Las sensaciones fueron entonces extrañas: no noté la lesión, pero sentía que la pierna "mala" no estaba igual que la "buena". No sé porqué pero era así. Puede que el coco me tuviera demasiado pendiente de dar con la más mínima molestia y no me dejara rodar completamente redondo. Posiblemente sea algo normal tras un problema muscular, pero en mi bisoñez correril debo decir que ese día se convirtió en una novedad inquietante.

Por cierto, he descubierto un Triatlón de distancia Ironman en España. Es en el Delta del Ebro, en el pueblo pescador de l'Ampolla (http://www.ironcat.org/) . Mi madre tiene una casa a 25 minutos de ahí. Mmmmm...

lunes, 18 de junio de 2007

MALAS IDEAS...


9 días sin poder salir a correr dan para bastante. Por ejemplo tiene uno tiempo de salir en bici, solo o acompañado, y disfrutar de otro modo de un ratito de sudores y paisaje. También hay tiempo para pelearse con el agua. Siempre me gustó mucho nadar, aunque otros lo hicieran mejor que yo. Tanto sobre la bici como nadando me muestro como un reflejo fiel de lo que soy con las zapas en los pies: un tipo tranquilo, lento pero seguro.





9 días de no correr dan para mucho. Por ejemplo para darse cuenta de que uno no quiere dejar de correr nunca, de que uno necesita de esa recarga de pilas casi diaria que se regala calzándose las viejas zapatillas para patear algún camino.


9 días de no correr dan para otras cosas. Por ejemplo para pensar en lo que se hizo, en lo que se está haciendo y en lo que se puede hacer. Y dan para tener malos pensamientos, para proponerse retos que ahora parecen imposibles, aunque uno los coloque más allá en el tiempo, digamos a unos 3 años vista. Hace sólo un año, correr un maratón también me parecía un imposible...


Desde luego, determinados retos no pueden tomarse a la ligera, sobretodo si, desde el desconocimento, no se tiene una perspectiva clara de la magnitud de la empresa. De todos modos, soñar es gratis, y estos días he tenido demasiado tiempo para soñar.


Hoy empiezo a correr otra vez. Estoy mucho mejor de la lesión, y quiero agradecer desde aquí todo ese apoyo que me habéis ofrecido.



martes, 5 de junio de 2007

DURA VIDA DEL CORREDOR

En la travesía de montaña a Monte Toro (32 km) con mi amigo Tin

Nadie dijo que todo esto iba a ser fácil. Para esta semanita el coach me había preparado una serie de test para evaluar lo evaluable, y tener así un registro de mi actual momento correril al que poder referirse en un instante futuro y obtener datos fiables sobre mi supuesta progresión.

10 vueltas al perímetro exterior de la pista municipal de atletismo (475 metros) a tope. Eso se supone que debía hacer ayer. Después de calentar concienzudamente me lancé al reto. Duré menos que un caramelo en la puerta de un colegio. A la 5ª vuelta tuve que dejarlo, con mareos, náuseas y visión nublada. Salí demasiado fuerte, hacía mucho calor, quería hacerlo muy bien y soy un novato del carajo en esto. Por todas estas razones tuve que dejar el test para mejor momento. Me supo mal fundamentalmente por el coach, al que no quiero fallar en esto. Él me entendió y restó importancia al tema, diciendo que hay que aceptar que tenemos días en que no andamos, que las piernas dicen nones, y lo mejor es recoger el chirniguito y dejarlo para mejor ocasión.

Esa mejor ocasión se dio por la tarde, en que me volví a calzar las zapas y completé 9 km a un ritmito aceptable y, sobretodo, con buenas sensaciones. Ahora se trata de encontrar el momento para repetir ese test de casi 5000, y hacer el de 1000 y el de 400, además de rodar unos kilometrillos fáciles para cerrar la semana de cara a la carrerita de la Mola del próximo sábado.

Mientras corría ayer esos 9 km pude departir con otros corredores que encontré en la pista. Me enteré de cómo es el circuito de la Mola: un recorrido por las entrañas de la fortaleza a través de pasadizos, patios y calabozos para salir en cuesta arriba hasta la zona de cañones y volver a bajar por el mismo lugar. En total 2 vueltas, es decir, que seré doblado por la cabeza de carrera una vez. Así podré ver quien va primero, que también tiene su interés.

Anexo a la entrada:
Hoy completé el test de 5000. Bueno, metro arriba, metro abajo son 4750. La marca está de momento en poquito más de 25 minutos, lo que al cambio da un ritmo por kilómetro aproximado de 5'19". Estoy muy contento porque por fin salió, con calor y viento fuerte en contra en una de las dos rectas largas (es lo que tiene esta maravilla de isla en la que vivimos).

Mañana saldré con mi cuñado, que está también empezando en esto por controlar el peso. Va a ser un rodaje suave Run Easy, y con tanta calidad con el coach como lo que entreno últimamente, me apetece perderme una horita por esos caminos rurales en los que yo soy yo en mi máximo esplendor.


domingo, 3 de junio de 2007

¿QUIEN DIJO QUE EN ALMANSA NO HUBO PODIUM?

De izquierda a derecha: Slowpepe, Josero, Grey y el maestro Santi Palillo.
Foto cortesía de www.nekerun.blogspot.com (hurto alevoso)

sábado, 2 de junio de 2007

CAMINANTE NO HAY CAMINO...

Fortaleza de La Mola, Puerto de Maó


...Se hace camino al andar. Por ahí, y siguiendo la inspiración del más que famoso poema de Antonio Machado, es por donde anda mi momento correril. Hemos empezado a caminar. Tenemos 4 meses por delante para recoger frutos, pero el momento actual es de arado de campo y siembra. Hemos vuelto a empezar: estoy aprendiendo a correr, y no sabía que esto era tan jodidamente complejo. Técnica de tobillos, trabajo con rodillas altas, cadera baja, flexión, extensión, mejora en los apoyos,... ¡uf! Sin embargo, voy a cumplir con mi parte del compromiso y seré el más aplicado de los alumnos. Si algo no sale bien, la culpa al coach.


Y lo primero que voy a hacer, siguiendo su consejo, es participar en la Carrera de la Fortaleza de la Mola, 7.5 km por los pasadizos, almenas y torreones de esta maravilla de fines del 1800.



La Fortaleza de la Mola está estratégicamente situada en una península que cierra la entrada del puerto de Maó por su orilla norte. Denominada también de Isabel II, en honor a la reina que la mandó construir a mediados del siglo XIX durante la dominación española de la isla, tuvo como función principal la de proteger la entrada del puerto de posibles invasiones enemigas.
Bajo los acantilados de esta impresionante fortaleza han tenido lugar numerosos episodios de batallas, en las que los poderosos navíos se enfrentaban a los ejércitos enemigos.
La estructura de la fortaleza fue trazada con una línea poligonal para tener bien controlado tanto el frente terrestre como el marítimo. El sistema de fortificación se basaba en las enseñanzas del ingeniero Montalambert, que concentraba los fuegos en los ángulos entrantes con sus reductos, en el interior del ancho foso, y sus órdenes de fuego desde las casamatas. Terminada la fortificación, se inició el artillado con la inclusión de los primeros cañones que fueron ampliados con el tiempo.
En la visita a esta portentosa fortificación militar del pasado podremos observar los fosos con reductos defensivos y el hornabeque con cañones protegidos por casamatas que vigilaban la entrada al puerto.






Eso será el próximo sábado, dentro de una semanita. Será la primera vez que voy a una carrera aquí en la isla sin plantearme nada que no empiece en mí y termine en mí. Es decir, si soy el último (como casi siempre que corro por aquí), aquí paz y después gloria, y a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga. Se acabó el preocuparse por ese estigma de perdedor que siempre me acompaña por aquí. La cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja al cruzar el arco de meta. Además voy a correr sin reloj, con dos cojones.