Inicio aquí una modesta serie de
publicaciones monográficas sobre temas relevantes en relación a la preparación
del Ironman de Lanzarote en el que tengo previsto participar en mayo de 2012.
Es importante subrayar que cuento lo que hago o lo que haré yo, con lo que a mí
me va o lo que no me va. Cada uno es un mundo, y ni quiero ni puedo dar
consejos sobre entrenamiento o alimentación a nadie.
He dividido mi preparación en
aquellos aspectos del mundo del deporte más significativos (repito, en mi caso)
para obtener el éxito de cruzar feliz la línea de meta en Lanzarote (y dentro
del tiempo que dan para hacerlo, claro) y por este orden, de mayor a no tan
mayor (nada es aquí baladí) importancia, mi reto pasa por centrar mi atención
en: la alimentación, la bicicleta, la carrera a pie y su riesgo de lesión y la
natación en aguas abiertas. Hoy empiezo por el principio.
Cualquiera que me conozca, o haya
seguido (si queda alguien) un poco este chiringuito sabrá que soy un gordito
que hace deporte. Entre mi hipotiroidismo y mi afición por todo aquello que
engorda la guerra a los kilos siempre fue mi principal limitación. Un poco por
eso, ya que jamás pude ir rápido decidí ir más lejos, buscando ahí el aliciente
en la empresa.
Me encuentro exactamente en el
mismo peso en el que estaba al empezar la preparación del IM de Frankfurt. Entonces
por el camino quedaron aparte de sudores varios, hasta 14 kilos de grasa. Para Lanzarote soy más ambicioso porque
me obligan a hacer de la necesidad, virtud: en los 180 kilómetros del segmento
ciclista tendré que pelear con la fuerza del viento que sopla constante en la
zona y con un desnivel de subida de 2551 metros. Para alcanzar un peso de
competición muy parecido al que mis médicos entienden como mi peso-salud debo
bajar 25 kilos en 35 semanas. ¿Cómo? Ahí va:
La mayoría de los gorditos
inquietos somos grandes teóricos del mundo de la alimentación. Puesto que hemos
probado todas las dietas, no sin antes leer todo lo escrito en pros y contras
sobre ellas, nos hemos cultivado en el fracaso. En ese camino llegué a mis
propias conclusiones:
a) Las
dietas no funcionan. Cuando vuelves a comer lo que te prohíben engordas otra
vez. No
estoy dispuesto a comer solo proteínas, o solo piña, o solo sopa de apio.
b) Sé
que mi organismo necesita nutrientes de todos los grupos, comida de calidad y
porciones moderadas dentro de la variedad.
c) Voy
a utilizar el sistema del VISUAL PLATE, que creo que se adapta mejor que ningún otro a mi psique de comedor emocional.
El VISUAL PLATE o plato visual es
un método creado originariamente para enfermos de diabetes. Me encanta por su
sencillez y aplastante lógica. Consiste básicamente en ponerse sobre la mesa un
plato grande y dividirlo mentalmente por la mitad (mi cabeza ve la línea de
arriba abajo). A un lado de esa línea, verde. En mi caso me suele apetecer más
ensaladas a mediodía y verdura por la noche. Ese verde, al desayuno se
convierte en fruta. La otra mitad se divide a su vez en 2 cuartos de plato. Un
cuarto debe llenarse con un alimento rico en carbohidratos y el otro con proteínas
(ahí veo una buena pechuga de pollo, un rico pescado, una tortillaza de dos
huevos incluso con queso). Agua por doquier a todas horas y un par de picoteos
(media mañana y merienda) de fruta o algún lácteo desnatado.
Tres platos grandes al día
garantizan una alimentación variada, completa y equilibrada, y en mi caso,
perderé peso seguro y sin obsesiones. Una comida a la semana será totalmente
libre, para cubrir esos momentos en los que uno cena fuera en grupo o se da un
capricho en familia. En mi caso, saber que existe esa válvula de escape me permite no ver las recaídas como el final del proceso sino como parte del mismo. Necesito saber que una pizza no acaba con mi plan de alimentación sana sino que lo refuerza, obligándome a insistir con fruta y verdura al día siguiente.
Esas son mis intenciones. Lo del
peso es prioritario. Tal como estoy hoy no solo no terminaría el Ironman sino
que pondría en riesgo mi salud o acabaría lesionándome antes. En mi caso la
alimentación (odio llamarlo la dieta) está por delante del entrenamiento.
Salud y kilómetros a todos.
8 comentarios:
Muy buena y convincente tu exposición. Estoy de acuerdo en que con una alimentación equilibrada junto al deporte pierdes grasa.
Suerte.
Justo ayer hablaba con un compañero de trabajo que va para el IM de Lanzarote (el año pasado también lo hizo) y me dijo que empezaría el plan sobre Octubre-Noviembre.
Mucho ánimo Pepe, desde aquí te seguiremos.
Como bien dices, lo duro de Lanzarote es el viento...y también el sol. El sol puede dar fuerte dependiendo del día.
Justo ayer hablaba con un compañero de trabajo que va para el IM de Lanzarote (el año pasado también lo hizo) y me dijo que empezaría el plan sobre Octubre-Noviembre.
Mucho ánimo Pepe, desde aquí te seguiremos.
Como bien dices, lo duro de Lanzarote es el viento...y también el sol. El sol puede dar fuerte dependiendo del día.
Los gorditos que hacemos deportes (hace unas semanas debuté en un triatlón sprint) te agradecemos el post.
Mucho ánimo!!
NO ENTIENDO A BLOGGER. A RATOS (HOY) NO ME PERMITE PONER ACENTOS. DISCULPAS POR ELLO.
ANTONIO: Celebro que te gustase lo que escribi. Es clave tanto comer bien como entrenar porque al caprichoso metabolismo a veces le da por degradar tejido muscular (por necesidad) y eso no puede ser bueno. Gracias por los buenos deseos.
GONZALO: EL 24 de octubre empieza el plan de 30 semanas. Yo le añadi un trabajo preparatorio de 5 mas, dedicadas a reacostumbrarme a entrenar, centrado mas en la frecuencia de las sesiones que en su volumen o intensidad. El sol...un factor mas. Tu nunca hablas del desnivel, y a mi me tiene moscatel eso de subir y bajar (mas lo primero) todo el tiempo.
CARTIER: El que te agradece el comentario soy yo. Enseguida me paso por tu sitio para comentar lo que ya lei ayer a salto de mata. Creo que escribiste sobre tu PRIMER triatlon. Dado que no dijiste UNICO sino primero te deseo una larga relacion con esto de mover el culete pasandolo bien.
Gracias por vuestra colaboracion. El blog se alimenta de vuestros comentarios.
En la prueba de esfuerzo tampoco dí con el tipo atlético acorde a mi actividad deportiva (?). Además, me recomendaron meter proteínas al desayuno (pechuga de pavo me sugirieron). Ahora, de vez en cuando, dejo la pechuguita a un lado y me trinco un buen bocata de jamón de pata negra con tomate, y aceite de oliva virgen extra. Eso sí, todo ello después de entrenar, porque siempre corro sin desayunar... mira a los chavales de Gabrielle Rosa y lo entenderás.
Salud (sobre todo salud) y entrenos, amigo!!!
COMMEDIA:¿ Lo de los chicos de Gabrielle Rosa no tiene algo que ver también con su origen? Es que no son de Logroño sino keniatas... En fin, espero más detalles. Lo del jamón-tomate-aceite de oliva v.e. no es más que la prueba irrefutable de que conoces el lado bueno de la vida. Estamos en contacto.
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