viernes, 27 de junio de 2008

¡A CORRER, CORAZÓN!


Lo he leído en la web de runnersworld. Me pareció interesante porque es otro punto de vista, más científico. Lo cuelgo aquí:

Más ejercicio, mejor corazón

Que el ejercicio es positivo para mejorar nuestra capacidad cardiovascular no es ningún secreto. Lo que ya no es tan sabido es que para personas con problemas de insuficiencia cardíaca, el deporte, moderadamente, también es aconsejable.

Durante los dos últimos días se ha celebrado en Zaragoza el I Congreso Clínico Cardiovascular, organizado por la Sociedad Española (SEMFYC) y Aragonesa (SAMFYC), de Medicina de Familia y Comunitaria.En dicha sesión de ponencias el doctor Ricardo Ortega señalo que "en caso de pacientes con insuficiencia cardíaca, a los que tradicionalmente se les aconsejaba que reposaran, desde hace aproximadamente un par de décadas se les viene sugiriendo el hacer deporte, ya que el ejercicio reduce el riesgo de mortalidad y mejora con creces su estado funcional". Para el doctor Ortega, aquellas personas que padecen disnea (falta de aire), y fatiga precoz, "tienen una mayor intolerancia la esfuerzo y una baja capacidad funcional", puntualizó el galeno, para recomedar que "es aconsejable que estas personas hagan actividad física, intercalando durante la misma momentos de descanso, hasta compeltar una sesión de 20 a 40 minutos".Por su parte, el doctor José María Lobos indicó que el médico de familia tiene un papel clave "en este tipo de pacientes, tanto a la hora de prevenir, como de detectar y tratar al paciente". El doctor Lobos también matizó que "la mejor preveción para las dolencias del tipo de insuficiencia cardíaca es la prevención, y se previene, sobre todo, promoviendo el ejercicio físico y reduciendo el sobrepeso y eliminando el tabaco".Finalmente el doctor Luis Aguilera ha querido destacar que "hay que empezar a educar la salud cardiovascular desde la infancia, fomentando buenos hábitos cardiosaludables. Es la mejor manera de vivir y de hacerlo con mayor calidad de vida". El médico a su vez destacó que la obesidad incrementa el riesgo de hipertensión arterial, diabetes y dislipemia.



viernes, 20 de junio de 2008

VICISITUDES

He estado unos días sin conexión a internet. Para los del servicio técnico de Telefónica ADSL, que tuvieron a bien en su día convertirse en mis proveedores prometiéndome el oro y el moro, todo estaba bien. Sin embargo, mi navegador, que hasta la fecha era el de Mr.Bill "me-sobra-la-pasta" Gates, no abría página alguna. En ese brete, y siguiendo las recomendaciones del suplemento de tecnología de El País, me hice con el Firefox 3 de Mozilla, que sería la leche pero a mí no me iba. Finalmente, y para no aburrir, diré que era el antivirus, que pese a tener aún casi 300 días de suscripción abonados había chocheado hasta el punto de no permitir que mi CPU (o sea el chino que hay dentro del ordenador) accediese a la red.

Mandé a Mr. Norton a tomar viento fresco perdiendo dinero, y me pasé a la competencia, instalando un antivirus con nombre de oso que se dejó configurar sin problemas y me permite navegar teniéndome el chiringuito la mar de vigilado (o eso me dijo el de la tienda, al que le tomé la matrícula por si acaso).

Después de todo ello ya puedo contar que el sábado pasado corrimos la carrera de la fortaleza de la Mola, la más bonita de todas las que se hacen y deshacen por estos lares. No sé si estoy bien o mal, pero fueron 45 minutos los que me llevó merendarme los algo menos de 8 kilómetros de la carrera. En honor a la verdad, la fortaleza está enclavada en lo que se conoce como la Mola de Maó, un saliente rocoso y elevado sobre el Mediterráneo que constituía la atalaya desde la que se controlaba el tráfico marítimo comercial y, sobretodo militar. Por ello, las subidas y bajadas de todo el entramado de caminos por los que corrimos, junto con el hecho de bajar hasta las entrañas de la fortaleza y subir hasta sus murallas, componían un circuito muy duro en el que no cabía el vaciarse subiendo si uno pretendía llegar bien a la meta. Con la calma, pues, me lo tomé. Encima llevé a mi amigo Ángel, que se colgaba un dorsal por primera vez en su vida (bueno, para correr, porque es un experimentadísimo cicloturista, con casi todas las cimas míticas del Tour de Francia y varias Quebrantahuesos en su haber). Empezamos despacito, pero él pronto quiso más. Le animé a que tirase, pero decidió que terminaríamos juntos y así lo hicimos.

Esta es la salida, como siempre en el pelotón de cola. El que va de negro riguroso soy yo. A Ángel, de amarillo y gorra verde a mi derecha según la foto, no se le ve.


Encarando la recta de meta se nos ve aquí arriba. Quedaban unos 75 metros para cruzar el arco, y desde donde se tomó la foto nos aplaudían los amiguetes (ya habían terminado todos, cosas del mundo slow).

Ahí van algunas fotos más. Fue una mañana muy divertida, con carreras infantiles y premios para todos. No me pierdo la edición del año que viene.



En primer plano, arriba, Ángel, y sí, el del fondo soy yo. Él quiso chupar un poquito de cámara porque sabía dónde.


Por último, ya que estamos incorporándonos al siglo XXI desde el punto de vista tecnológico, y aunque todavía las pase canutas con el aparatejo, una captura de la gráfica que el Fore me hizo de la carrera. La línea verde es el perfil, y la azul mi ritmo en minutos por kilómetro. Como se ve, hubo un momentillo poco antes del km 5 en que tuve que andar, subiendo una pared casi manos en tierra.


Pinchando en el gráfico éste se agranda y se convierte en legible.

Salud.

miércoles, 11 de junio de 2008

STILL ALIVE (vivito y coleando...)


Miro el blog y veo que la útima entrada tiene ya 10 días de antigüedad. Y fue un vídeo. Hace ya más de 2 semanas que no me siento a bloguear en condiciones. Ni escribo ni leo, por falta de tiempo ahora o de ganas luego. Hoy sí. Ahí va:

Después de superar el bajón propiciado por ese sustillo de la arritmia empecé a pensarme lo de la bici. Aún no me he inscrito en el Titán (miento, sí me he inscrito pero no he pagado, y supongo que hasta que no se suelta la plata no le ponen a uno en los listados de starters). El trámite lo tendré que hacer casi ya, porque las plazas son muy limitadas y mis amiguetes ya están con todos los papeles en regla.

Bueno, estaba mirándome lo de la bici. Salir, salía, con saludable frecuencia, pero no basta. Hay que convertirse en un ciclista medianito por lo menos, para poder plantearse terminar. Eso me lleva la semana pasada a meterle 5 días de entrenamiento serio, casi 320 kilómetros que me dejaron el culo resentido y las piernas para no salir a correr en un mes.

Esta semana ando peleándome con el tiempo. El verano no termina de llegar por estos lares, y los últimos coletazos de la primavera se parecen al más frío y lluvioso de los otoños. Y así apetece menos. Aún con todo he conseguido meterle al tema una salida ya, y si junto tres llegando al domingo me voy a dar con un canto en los dientes (y esto no es literal, claro).

El sábado, si todo sale bien, zapas y chip (novedad en Menorca) para la carrera de la Fortaleza de la Mola. Es la carrera más bonita que he corrido en la isla, una de esas que uno se hace cada año si las lesiones no disponen otra cosa. Serán casi 8 kilómetros por las entrañas de la fortaleza, sus almenas y torreones, subiendo a la atalaya de los cañones desde donde la vista sobre el Mediterráneo quita todas las penas y bajando por el sendero que muere en el patio principal donde está la línea de meta. Prometo fotos si la tecnología me respeta.

domingo, 1 de junio de 2008

Usain Bolt se me ha adelantado...

9.72 en los 100. Ya fue el primer junior en bajar de 20 segundos en un 200, que, ojo, dice que es su mejor prueba.
Lo dicho, si ya lo hizo Bolt no voy a tener que hacerlo yo...
Salud