lunes, 20 de diciembre de 2010

LA MARATÓ, ESE ENTRENAMIENTO DISTINTO...

Salida de la edición de 2007 de la marató. Mi debut en la distancia. Esa primera vez...

Después de colgar, el otro día, la entrada más corta de este blog, y quedarme tan ancho he ido esta tarde al médico. Me ha quitado el vendaje de ese tobillo al que le ha dado por seguir hinchado adquiriendo bonitas tonalidades violáceas a las que, a su vez, la facultativa de rigor ha llamado despectivamente edema, para añadir que lo llevaba claro si esperaba el alta laboral y olvídese de despedir el año corriendo.

En fin, Serafín, que no pude celebrar mi cuarta experiencia en los 42 barceloneses (2007, 2009, 2010 y espero que 2011) saliendo a rodar. Pregunté por la bici pero la galena me amenazó con más hinchazones y más edemas: a lo sumo la piscina y sin usar las piernas. Y úseme usted una tobillera potente y una muleta de apoyo para liberar de peso a ese feo tobillo. ¡Susórdenes!

Pero volveré. Al menos lo hice ya en el terreno de las intenciones. Diseñé el plan de ataque al ultrafondo y me inscribí en la marató, que espero completar a ritmo de proyecto de ultrafondón (o era ultrafondista...) con el claro objetivo de acumular kilómetros, acumular amigos y acumular medallas de finisher, que también me hacen un porrón de ilusión, y acumular agujetas de lunes.

Eso sí, con todos los respetos por una distancia que no por conocida deja de ser vista con las pertinentes cautelas por su potencial aplasta-osados. Sigo pensando que en estas distancias triunfan los constantes, no los valientes (de los que tanto los cementerios como los 6 o 7 últimos kilómetros de la carrera, andando, añado, están llenos).

A mí me va a pasar como en Calvià con los 21: llegaré con muchos kilómetros (y cuestas) pero no corriendo un pimiento (como siempre, vamos), mi marca será una ruina pero terminaré más fresco que nunca (esa es la teoría, luego el asfalto nos pone a cada uno en nuestra realidad).

Por todo ello digo que la marató será un entrenamiento, algo distinto porque me darán agua, isotónico y esponjas, tendré servicio médico, animación en la calle, y miles de amigos con los que correr. Así todo es más fácil.

Ah, por cierto, seguro que tengo la oportunidad de volver a saludar a viejos amigos. Sólo por eso vale la pena ir.

Hasta entonces salud y kilómetros...

viernes, 17 de diciembre de 2010

ARRIBA Y ABAJO

Ni ganas me quedan de subir foto alguna. Cuento:

El domingo estaba ARRIBA: pude completar el medio maratón de Calvià. Una carrera dura por las constantes cuestas del circuito, bonita por pasar en diferentes ocasiones junto al mar y algo desangelada por la escasa animación del recorrido, exceptuando ese final fantástico en las modélicas instalaciones de la pista de atletismo de Calvià.
La carrera me fue de menos a más (literalmente pulvericé en la segunda mitad el tiempo de la primera) pero es que empecé con la calma. No tenía muy claro lo que me iba a encontrar porque no había entrenado nada específico, más allá de largas y suaves tiradas de trail que me iban a ayudar muscularmente pero seguro que no harían nada por mejorar mis ritmos de carrera. Tal como predije, corrí lento porque no podía correr más rápido, pero me hinché a adelantar corredores los últimos 6 o 7 km, sobretodo los que caminaban cuesta arriba.
En los primeros 6 km tuve compañía. José Manuel López, ese fenómeno capaz de cruzar Baleares non stop, zamparse ironmans como quien corre un 5k o hacer el payaso con todos los honores en proyectos solidarios para el tercer mundo. Se presentó en bici y me abordó por la retaguardia (sin connotaciones sexuales) al grito de "¡Veo un pingüinooo!". Gracias amigo.
Terminé muy contento, haciendo "comentarios a 6" con Sixto, futuro repapá y admirado bloguero. Sigo pensando que se puede correr medio maratón den 2:17 y ser feliz con ello en meta. Es lo que hay.

El lunes estaba ABAJO: pasando por una calle en obras me puse a mi hija Carlota al cuello, para que no tropezase con todos esos obstáculos... con los que terminé de tropezar yo. Me torcí el tobillo y, para que no cayera la niña al suelo pisé con ganas. El resultado me llevó 4 horas en urgencias, un bonito esguince tamaño familiar y colgado de las muletas (al menos) hasta el próximo lunes, día en que mi médico de cabecera me quiere ver. De correr nada, claro. Porque no hay carreras de cojos, que si no...

miércoles, 8 de diciembre de 2010

DE CAMBIOS, CONTROLADORES Y OTRAS PIEDRAS EN EL CAMINO

Terminando con Carlota la última carrera. 10K organizados por mi club, el Crismar CCE Sant Lluís

Lo primero va a ser agradecer los comentarios en la entrada anterior. Lo segundo explicar la desconexión: estoy asimilando determinados cambios en mis responsabilidades profesionales que han sacudido mi rutina diaria en las últimas dos semanas hasta volverlo todo patas arriba.
Además anduvimos peleando con los controladores para no ver arruinada la salida familiar de puente. Un día y medio después de lo previsto conseguimos volar a Barcelona. Yo volví bien, a seguir currando porque como decía un buen amigo, con el trasero alquilado no te sientas cuando quieres. Mis chicas se quedaron hasta el sábado.

Y entre el trabajo y el puente desapareció el orden en mi vida. El domingo corro medio maratón en Calvià y, aunque conseguí entrenar el lunes en la Carretera de les Aigües, llevaba 9 días sin poder calzarme las zapas en absoluto. En todo ese caos se diluyó, en parte, ese reto al que no renuncio (sigo queriendo bajar 15 kilos de una puñetera vez). No me he pesado en todo este tiempo, pero supongo que todo está más o menos donde lo dejé porque sigo abrochando el mismo agujero en el cinturón y he tratado de mantener el acierto en las elecciones dietéticas, apostando fuerte por lo sano y peleando por evitar lo insano. Así imagino que no habré perdido pero tampoco habré ganado. El lunes, cuando vuelva de Mallorca y todo se tranquilice un poco retomaré el control de la situación, haré balance y me someteré a público escarnio si corresponde.

Como decía, el lunes pude correr 1h 45 con calma. Ayer nadé y hoy he salido una horita. Mañana volveré a la piscina y el viernes rodaré suave 30 o 40 minutos para no estar muerto el domingo antes de los 21 km. Saldré, como siempre, con la calma y ya veremos qué pasa.

En otro orden de cosas, ya que mi sister se rajó (otra que trabaja demasiado) en su reto de comerse el medio maratón de Barcelona y no debo acompañarla me baila por la cabeza la idea de hacer el maratón. Sería mi cuarta vez en Barcelona, donde la logística por circunstancias familiares hace muy sencillo correr. Posiblemente la haga sin entrenar. Bueno, quiero decir sin preparación específica para maratón. Andaré con un buen volumen de trail porque mi temporada va hacia el Trail Serra de Tramuntana (62km) el 16 de abril y los 101 de Ronda el 7-8 de mayo. Lo de Barcelona lo decidiré antes del 19 de este mes, que es cuando la inscripción pasa de 50 eurazos a 60 (que ya es pagar, digo yo...), pero estoy casi convencido de presentarme a esa salida el día 6 de marzo.

Si consigo organizarme, claro...

Salud y kilómetros.

Anexo: Jueves 9 de diciembre. Como es jueves me pesé al levantarme. ¡Oh sorpresa!¡1.2kg menos! Los he subido al contador...