martes, 11 de diciembre de 2012

MÁS RETOS


Me pregunto con frecuencia estos días sobre las razones para inscribirme en esta salvajada de la ultradistancia que es el Trail Menorca Camí de Cavalls el próximo mes de mayo. Siempre he sido un tipo al que le han motivado los retos. El reto de empezar fue, sin saberlo, el más ambicioso de todos. Luego vinieron las primeras carreras, esas en las que me aseguraba de que detrás de mí no quedara nadie más que la ambulancia. Entonces tenía una sensación de intruso que tiraba para atrás. Así me procuré una identidad al uso: la de lento oficial.

Y el lento oficial decidió subirse a la ola de buscar en más kilómetros lo que no era capaz de encontrar en esas carreras tan cortas que corría completamente solo al final del pelotón (cuando no era fuera de él). 10 kilómetros, medio maratón y el emocionante debut en maratón ese 2007 tan recordado. 

A las 9 maratones decidí mirar a los ojos al reto del Ironman, y cayeron dos, siempre a la cola de los llegados pero entre ellos al fin y al cabo. Luego la montaña, el trail, en la Serra de Tramuntana mallorquina y en esa maravilla de carrera que son los 101 de Ronda.

Y ahora 185 kilómetros.

Después de todo lo corrido y recorrido, esa distancia me sigue pareciendo inabarcable. Mi cabeza no alcanza a visualizar todo aquello por lo que se debe de pasar para estar, en el mejor de los casos, 40 horas en constante movimiento, con más de una noche sin dormir. Pero si no pasa nada raro prepararé cuerpo y mente lo mejor que sepa y tomaré la salida. Por más que tenga serias dudas sobre mis posibilidades de éxito, no me cabe duda alguna sobre mis ganas de intentarlo.