jueves, 22 de abril de 2010

CIERRE TEMPORAL


Este blog lleva algún tiempo languideciendo por desatención (más propia que ajena). Volveré a la carga cuando sienta que puedo aportar algo con sustancia. Ahora mismo tengo la cabeza en otros muchos sitios y las cosas no deben hacerse a medias. Cuelgo el letrero sin dar las gracias a los que hicisteis pasable este rincón con vuestras aportaciones porque supongo que volveré. Hasta entonces pues, salud y kilómetros a todos.

jueves, 15 de abril de 2010

DE QUÉ HABLA MURAKAMI CUANDO HABLA DE CORRER

Algunos de los que invertimos nuestro escaso tiempo libre en darle a la zapatilla y contarlo después andamos disfrutando de la lectura de lo último que ha salido al mercado literario patrio (aunque escrito en 2007) de Murakami, que no por nada habla de correr.

El libro me parece una auténtica delicia, pero eso tiene escaso mérito a la vista de que era antes un convencido fan de este escritor y habla el libro de la afición que compartimos por salir a correr. No voy a recomendar su lectura porque pienso que cada uno debe leer lo que le dé la gana, pero sí que me apetece desarrollar un par de pensamientos extraídos del libro para plasmarlos en el blog.

Murakami corre cada día. Bueno, él mismo dice salir de media unos 6 días por semana, pero si no sale 7 es porque siempre hay algún día en que no puede por estar demasiado ocupado o no permitirlo la climatología. Al ser preguntado por su afición a las zapatillas la gente suele alabar su fuerza de voluntad para cumplir con tan espartano régimen de entrenamiento. Pero correr para el exitoso escritor japonés no tiene nada que ver con la fuerza de voluntad, y en eso coincidimos muchos de los que un día enfermamos de modo incurable en el mismo sentido: si seguimos corriendo años después de haber comenzado es, sin duda, porque nos gusta y porque hace que nos sintamos mejor. Y esas son las dos razones que resumen todas las demás en mi opinión. El resto de ellas (perder peso, bajar el colesterol o la tensión arterial, controlar los niveles de azúcar en sangre, mejorar la autoestima, acompañar a los amigos, bla, bla, bla,...) no sirven para ir más allá de unas pocas semanas de vida correril.

Murakami empezó a correr cuando cambió su vida de currante (regentaba un bar) por la de escritor. Tantas horas sentado en su mesa de trabajo escribiendo y fumando empezaron pronto a pasar factura a su salud por lo que el tipo tomó la determinación de cortar por lo sano y empezar a correr, una actividad que se llevaba de fábula con su personalidad. Él dice que tiene tendencia a coger peso y debe llevar una vida muy activa para controlar ese tema (por ahí nos identificamos todos los que engordamos sólo con mirar la comida). Corriendo mejoró su estructura física y empezó a alimentarse mejor (y dejó de fumar). Ahora dice sentirse más fuerte y sano que antes.
La gente con tendencia a engordar tiene, por definición, más posibilidades de sufrir por la fragilidad de su salud en la vida adulta que aquellos que no necesitan hacer ningún esfuerzo por mantenerse delgados. Es un hecho que el sobrepeso (la pandemia del siglo XXI como lo llaman los cardiólogos) resulta determinante en muchos accidentes cardiovasculares, y es factor de riesgo de muchas enfermedades (la diabetes sin ir más lejos). Lo que me gusta de Murakami es que le da la vuelta a la situación convirtiendo el problema en una oportunidad: aquellos que deben esforzarse por comer bien y hacer ejercicio para mantener el peso corporal (y lo consiguen, añado yo) siempre tendrán sobre el papel mejor salud que quienes no deben esforzarse por estar delgados (y, se entiende, siguen comiendo mal y sin hacer ejercicio). Aplastante.

Seguimos en la brecha, dándole al trideporte.

Salud, kilómetros y páginas.

Añado algo que acabo de recibir por correo electrónico. Creo que hace algún tiempo que rueda por ahí, de hecho ya lo había leído, pero me parece tan bueno que he decidido colgarlo en esta entrada. De todos modos la foto tampoco tenía mucho que ver con Murakami...

Sabes que ya eres corredor cuando:

* Tratas de convencer a todo el mundo que corra 5 km, "porque eso no es nada."
* Te sabes las distancias a todas partes con una precisión de 0.1 Km.
* Te parece que la diferencia entre 5 min/Km y 6 min/Km es inmensa.
* La enfermera se asusta porque tus pulsaciones están en cuarenta por minuto.
* Tus héroes son todos africanos y ya te estás pareciendo a ellos.
* Proteínas, pasta, agua y frutas son el 80% de tu dieta.
* No corres para adelgazar, sino que adelgazas para correr.
* Te levantas más temprano los fines de semana que los días de trabajo.
* Los viernes te acuestas más temprano que el resto de la semana.
* Sales escondido a correr porque te da pena decirle a la familia que vas por tu segunda carrera del día.
* En un día "suave" corres 10 Kms.
* En el lavadero de tu casa hay un sitio especial para la ropa de correr.
* Cuando viajas, las zapatillas las cargas en el equipaje de mano.
* Eres el único al que no le importa que el ascensor no funcione.
* Ya nadie pelea contigo porque sales a correr un 25 de diciembre.
* Corres 12 Kms, te bañas, te vistes, desayunas y cuando el resto de la gente se despierta te pregunta: "Qué pasa? hoy no corres?"
* No puedes correr en el gimnasio porque la cinta tiene un límite de 30 minutos (de todas maneras correr en cinta te parece una mierda.)
* Ves maratones por televisión.
* Los geles y los energy-bars te empiezan a saber bien.
* Mezclas Gatorade con agua porque "la concentración comercial no es la correcta."
* Desayunas a las 4 de la mañana.
* Te molesta la gente que le llama a cualquier carrera "maratón."
* Cuando la familia ya no te reclama que corres mucho o estás muy flaco.
* Viajas 150 Kms para una competición de 10km.
* Te fijas en las zapatillas que usan otros.
* Sabes más de rodillas que un médico.
* Te puedes tomar 4 litros de agua seguidos.

lunes, 12 de abril de 2010

MITJA MARATÓ DE POLLENÇA 2010


Me permito empezar esta crónica con una anécdota de calentamiento: el chico de la imagen superior me reconoció, cosas de esta fama mal llevada, y me pidió una foto. Como no es plan de negarse, que luego todo se sabe, accedí encantado. La verdad es que no estoy muy acostumbrado a ello, pero a los fans nunca hay que negarles nada porque somos quienes somos gracias a ellos. En fin, que el mozalbete tuvo su dosis de gloria a mi lado. Mucho le debí animar porque al final ganó la carrera.

Bromas aparte (gracias, Chema, por tu predisposición y simpatía), el rodaje largo de carrera que correspondía a esta semana de entrenamiento lo convertí en el Campeonato de Baleares de medio maratón, o lo que es lo mismo, en la cuarta edición del medio maratón de Pollença (Mallorca), repitiendo porque ya corrí el año pasado.

Viajé con el club, como siempre, y tuvimos un fin de semana redondo. Cada vez estoy más contento de que en el Crismar CCE Sant Lluís nadie haya alzado la voz aún pidiendo la expulsión fulminante de alguien tan poco competitivo como yo. Al final, el ranking.

Mi semana no fue la de alguien que va a competir seriamente el domingo. De hecho no moví ni una coma del plan de entrenamiento. La única diferencia, obligada por el viaje, fue descansar el sábado en lugar del lunes (que salí con la bicicleta). Lo demás lo hice tal como tocaba, esperando no estar más que decente en los 21 y pico de Pollença.

Salí cansadote, notando las piernas algo más pesadas de lo habitual. Eso no lo esperaba tanto porque creía que el reposo del sábado me iba a venir mejor. Los primeros kilómetros son en suave descenso y donde debería haber estado más que cómodo por ese perfil me costó mover las piernas con fluidez. La verdad es que esa pesadez me acompañó prácticamente toda la carrera, pero lo bueno del caso es que el tema no pasó de ahí. Quiero decir que me comí los 21 todos al mismo ritmo, sin notar apenas el cansancio propio del paso de los kilómetros y bajando hogadamente de 6'/km en los dos últimos parciales. Sin apretar demasiado, pensando en no hipotecar la siguiente semana de entrenamientos por la recuperación propia de las competiciones fuertes bajé más de 9 minutos mi marca del año pasado en el mismo circuito y con las mismas condiciones de calor y humedad (tuvimos un sol de justicia y algo más de 20º en el termómetro). Sigo siendo un más que humilde corredor, que en tropecientas medias jamás ha bajado de las 2 horas, pero con mis 2:10 (crono oficial, que a mí me salen 2:09) quedé mucho más que satisfecho.

Ahora el ranking:

1. Mis compañeros de club, una familia de veteranos, un grupo 10
2. La organización del viaje, Xec, Beni y compañía: todo salió perfecto
3. La cervecita viendo el fútbol del sábado. Sin comentarios por el resultado.
4. Los voluntarios de Pollença: imprescindibles.
5. Ser reconocido en la línea de salida: aún me da vergüenza.
6. El agua fría de las duchas: único pero de un polideportivo ejemplar.
7. Las fotos de la organización: 416 fotos preciosas en las que no aparezco ni de lejos
8. El dorsal, de papel cebolla, que llegó en la mano de más de uno a meta.
9. La manía de dar los botellines de agua sin tapón
10. La espera, por llevarnos a la salida a las 8 empezando la carrera a las 10

martes, 6 de abril de 2010

LA BICI DE MI VECINA

Se la he pedido para el Ironman, pero me gustaría tenerla algo antes para hacerme con las nuevas medidas. Los acoples le van a quedar la mar de chulos, aunque no tengo muy claro que mi espalda piense lo mismo, teniendo en cuenta que nos han pasado el tramo de bici a 185 kilómetros.

También he pensado en montarle el Aerodrink, que es ese bidón con pajita que se monta entre los acoples para beber sin perder la posición aerodinámica.

Dice mi amigo Ángel que lo mismo el desarrollo que monta de serie se me va a quedar un poco corto, sobretodo en las bajadas, así que he pensado en montarle un plato de 55 dientes. Lo que ocurre es que montando el plato no me queda mucho espacio para los piñones, por lo que sólo puedo montar atrás uno, y de 5 dientes. ¿Os parece difícil de mover tanto desarrollo o confiais en esas piernas que Dios me dio? Afortunadamente el circuito es bastante llano por lo que si me lanzo fuerte con todos mis kilos la inercia me ayudará a dar pedales, o eso espero. Si monto ese desarrollo tendré que ingeniármelas para alargar el manillar o lijarme un poco las rodillas, para que éstas no golpeen la empuñadura en cada ciclo de pedaleo. Como lo segundo no lo contemplo tendré que recurrir al ingenio para conseguir lo primero. El problema entonces está en la altura del sillín, que es algo limitada. Con el manillar alto y el sillín bajo la posición sobre los acoples será más benévola con mi espalda, aunque algo antiestética porque va a parecer que monto de pie sobre la bici. Quizás lo más importante sea que la distinguiré con facilidad de las otras bicis a la hora de hacer la transición desde el agua. Es que son todas tan iguales y hay tantas que si no es así no hay manera.

Anduve también tras la idea de montarle una rueda lenticular trasera, de tamaño normal, pero lo descarté porque me dijo el mecánico que entonces corría el riesgo de caerme hacia adelante a la menor oportunidad, y la seguridad es lo primero. Con las ruedas de serie, la ventaja es que puedo llevar las cámaras de repuesto como si fueran pulseritas de esas del equilibrio que tan de moda están ahora, y si debo cambiar alguna, se hinchan en dos empujones con la bomba.

Espero que los jueces de Frankfurt homologuen esas pequeñas modificaciones y pueda usar la bici de mi vecina en la carrera. Sobre la vecina me ahorro cualquier tipo de comentario machista para salvaguardar la impoluta imagen que tantos años me ha costado edificar. Soy un tipo decente.

Ale, salud y kilómetros.

jueves, 1 de abril de 2010

TIEMPOS DE CORTE

Lo normal en un Ironman siempre fue tener 17 horas para completar la distancia. Luego algunas carreras subieron algo el listón y fijaron en 16 horas su tiempo de corte, detallando tiempos intermedios que había que superar para poder seguir oficialmente en carrera. Sin dar la talla hasta ese punto lo más habitual es que le quiten a uno el dorsal y le inviten a abandonar advirtiéndole de que si continúa lo hace bajo su estricta responsabilidad. Una tocada de huevos, vamos, teniendo en cuenta los meses de sacrificio y la pasta que uno invierte en material, viaje, hotel, dorsal, ...

Tras inscribirme en Frankfurt, revisando cositas sin importancia en la web oficial topé con la mala noticia de que iba a tener no 17 ni 16 sino 15 horas para llegar a meta. Para alguien como yo este no es un dato baladí. Me siento capaz de preparar a mi organismo para recorrer los 226 kilómetros pero, no nos engañemos, lo que no puedo es hacerlo con demasiadas urgencias en el crono: nado más o menos bien pero no muy rápido, sumo kilómetros en bici pero mis medias de velocidad son aún muy modestas y corro siempre en el pelotón de cola. Además creo que puedo mejorar mi resistencia sin demasiados problemas, es cuestión de darle, pero para la velocidad no tengo lo que hay que tener y no creo que lo adquiera de hoy a julio, por lo que las dudas con las que empecé el viaje no se van a despejar con facilidad.

Bien, pues en estas, el bueno de Iván (http://www.grabuma.blogspot.com/) publica un post contando que lo de las 15 horas responde a presiones de los vecinos del lugar (gracias, señores), pero es que además se descuelga con la noticia (contrastada luego en la web oficial) de que el segmento de bici debe alargarse 5 kilómetros por culpa de unas obras. ¡Bien! Justo lo que necesitaba para asegurar mis opciones. No nos engañemos, 185 kilómetros es muy lejos hasta para ir en coche. Eso sí, alargan el tiempo de corte de la bici en 15 minutos (gracias, todo un detalle) ¡que no se suman al tiempo final de corte, quedando este en las 15 horas igual! Total, que empezaremos el maratón 5 kilómetros más cansados y tendremos 15 minutos menos para correrlo. Así me gusta, dando facilidades a los pingüinos.

En otro orden de cosas, y como no podía ser de otro modo, lento pero seguro sigo entrenando. Mis salidas en bici andan ya por las 3 horas 30 minutos. Esta mañana salí con Pedro y Raúl. Llaneando anduve a su nivel, pero tuvieron que esperarme después de cada cuesta. Para arriba sigo pasándolo bastante mal, pero al menos ya no tengo que declinar invitaciones de mis compañeros porque ya no hay tanta diferencia entre ellos y yo. Y entrenar en grupo es sin duda mucho más entretenido que salir solo tantas horas.

En el agua me siento cada vez más cómodo pero empiezo a andar algo corto de volumen teniendo en cuenta lo que queda de plan de entrenamiento. Tras el medio maratón del día 11 pasaré a nadar 4 días, a ver si le doy al tema el empujón definitivo. Lo de correr, como siempre, lentito y a disfrutar. Vamos a ver si todo sumado me da para llegar a la meta, y si puede ser sin ser descalificado por no dar la talla con los tiempos de corte.

Salud y kilómetros