El reto dentro del reto, un back to back, desoyendo la ortodoxia maratoniana de máximo dos carreras al año, una en primavera y otra en otoño, y viniendo de un chasco en mi última cita con la distancia, exitosa solo desde el punto de vista formal, ya que crucé (cojo) la línea de meta antes de que cerraran el control.
El primer intento se debería producir en Mallorca el 2 de marzo. Es campeonato de Baleares, y mi club organiza ya tradicionalmente un desplazamiento colectivo al que siempre es un placer unirse aunque solo fuese por la atmósfera tan sana que se respira entre todos los miembros del grupo que se junta habitualmente. No es más que el ya añejo Marató de Calvià remozado, pasado a primavera y con un nuevo circuito, más generoso con el corredor.
Solo dos semanas después tomaré la salida en Barcelona, donde ya he corrido diversas veces (2007, 2009, 2010, 2011 y 2013). Aunque sea un orgulloso menorquín de adopción, correr "la marató" es correr en casa, y una oportunidad de compartir el fin de semana con mi madre y hermanos. Esta carrera era la elegida para la primavera de 2014 antes de que moviesen el campeonato de Baleares de octubre a marzo. Pero ¿por qué dos carreras en 14 días y por qué esas dos?
La primera razón es que me las han puesto así. Quería correr en Barcelona y el campeonato de Baleares, y la Federación abandonó por razones que no vienen al caso el Tui Marathon de Palma y convirtió Calvià (ahora Magaluf) en su carrera "oficial". Mis compañeros van, y yo con ellos como Buzz Lightyear, hasta el infinito y más allá.
La segunda razón reside en lo desconocido: no lo he hecho nunca y además carezco de talento especial alguno para esto de correr. Sé que hay superclases que se comen maratones un día sí y otro también, pero no tengo la certeza de poder hacerlo yo dos veces en dos semanas. Y solo hay un modo de descubrirlo.
La tercera razón descansa en mi deseo de terminar 2014 con 16 maratones en el bolsillo, y dos de una tacada dejan mucho espacio a las otras dos que me harían falta para conseguir ese reto.
La última razón (confesable) está en la entrada anterior: me encanta la distancia y la mejor forma de olvidar la última carrera es armándola gorda en la próxima. Me ilusiono con los proyectos y este me produce mariposas en el estómago desde ya. Además, tal y como está el mundo, ilusionarse con algo no sucede todos los días.
Próximamente hablaremos del como (en cuanto sepa como se hace esto)
Salud y más kilómetros...