En una semana tomo la salida de mi 13º maratón, y como cuenta la entrada anterior, en dos semanas más la del 14º.
El domingo pasado calenté motores en Barcelona corriendo la Mitja. Salí sin mucho interés por ir rápido, tratando de no dejar secuela alguna que pudiese comprometer lo que venía después, pero fueron saliendo los tiempos de paso por kilómetro como para intentar bajar de 2h (que es algo que a mí me suele costar un montón) y al final controlé el tema para bajar otra vez de esa barrera que tanto me ilusionó romper en su día.
Ahora dos maratones. No sé por donde voy a meter el tapering. Ni siquiera he seguido un plan específico para tener éxito en al menos una de las dos carreras, ya que estoy con el tema del Ironman de junio como objetivo único principal. Empiezo en Magaluf, en el Campeonato de Baleares el 2 de marzo, y termino en Barcelona el día 16. De la primera carrera me preocupa la baja participación (hoy hay 515 inscritos), lo que para alguien como yo significa muchos kilómetros solo (o casi). Hasta me planteo llevar el ipod shuffle, que cabe en un microbolsillo del pantalón: siempre he sido crítico con los que compiten escuchando música, porque pienso que se pierden buena parte del ambiente que rodea el evento (a parte de desconectarse de su cuerpo en cierto modo), pero la perspectiva de verme solo en el km 30 es menos negra con algo de blues o rock en los oídos.
Barcelona será distinta porque (si estoy sano para entonces) la voy a disfrutar sin mirar al reloj. De hecho supongo que correré muy poquito de una carrera a otra, ya que debo volver a priorizar los entrenos sobre la bicicleta según el plan. Eso es lo previsto, luego veremos hasta donde soy capaz de llevar las previsiones. Y trataré de contarlo.
Salud y kilómetros.