lunes, 28 de abril de 2008

MARATÓN DE MADRID 2008

La foto de los Tres Mosqueteros, o del trío Rolling-Slow, es cortesía de Dallas y Mayayo

(Si tienen prisa dejen la lectura para otro rato. El tamaño del ladrillo es considerable)

Corriendo más deprisa hubiera llegado algo antes (no mucho, no vayan ustedes a creer), ¿y qué? Me hubiera perdido lo mejor. Entro en detalles.

El día antes empieza todo con la comida de la gente del foro de carreras populares. Veo gente que conozco de Almansa, y pongo unas cuantas caras a otros tantos nicks. La experiencia resulta magnífica y termina con el tiempo justo de acercarme a la feria del corredor para recoger el dorsal. Mi amigo David Capa me hace de guía, tarea que termina por resultar fundamental porque afloran mis más provincianas carencias y advierto que nunca hubiera llegado al lugar yo solo.

En la feria recojo el dorsal, la camiseta talla etíope y todo lo demás, y dando una vuelta por los stands tropiezo con Paquillo Nekerun, Miguel Morea (con la gran Encarni) y Germán Alonso. También aparecen, muy poco después, Pedrito Wild (con Cristina) y la familia Barney, Roberto, su mujer y Terremoto Robertito. Como el Neke es todo un caso se trae una zapa de cada marca, y por no ser el domingo carnaval decide comprar un nuevo par. David el sherpa nos lleva a la tienda y yo me agencio un par de calcetines medilast que me van a dar en carrera el futbolero aspecto de defensa central de la selección alemana. Si el Neke puede estrenar zapas yo puedo estrenar calcetines.

Ya en el cuartel general, Pilar, la matriarca del clan de los Vico me cocina unos macarrones a la altura de las mejores ocasiones, y cenamos charlando, ajenos a lo que espera el domingo. Guardo parte de esa pasta y me la zampo para desayunar, a las 6 de la mañana del día de autos.

La quedada de blogueros para la foto de salida es casi tan caótica como la de los foreros del CP.com, o soy yo mismo el que no se entera, que es lo más probable. Total, que saludo, eso sí, un auténtico placer, a unos pocos y para allá que nos vamos.

Tras el imperceptible cañonazo de salida enfilamos con control los primeros kilómetros, que son Castellana arriba. Darío pierde su botella de isotónico. Antes del 1 nos da alcance José Luís. Se presenta con un escueto “¡Hombre!, ¿Qué tal?, No os lo vais a creer, pero yo estoy aquí poco menos que gracias a vosotros, Sí, sí, a vosotros dos, precisamente”. Resulta que es uno de esos (pocos) insensatos que nos lee por la blogosfera. Se monta en nuestro utilitario y empezamos el viaje ya en plan Tres Mosqueteros. Darío llevaba barritas. Nos las quiere enseñar pero no están. Las ha perdido también.

Antes del dos oímos cachondeo a nuestras espaldas. Nos acaban de dar alcance los Garabitas. El gran Paco Garabitas, una enciclopedia con zapas, dirige el grupo. Vaya lujo. Aprendemos a beber en carrera “Cojéis la botella, tiráis un tercio y lo rellenáis con isotónico, que nos van a hacer falta las sales”. Esa maniobra nos iba a durar todo el maratón. En el 9 hacemos una parada técnica para expulsar parte del líquido sobrante y se nos van. Les tenemos a la vista, pero no está el día como para determinadas exhibiciones y nos quedamos a lo nuestro. Darío llevaba el plano de la ciudad. Se le ha caído. Debe andar camino de las barritas y la botella.

En el 10 nos apretamos el primer gel. Darío guarda los suyos bajo llave. Perderlos también iba a ser un drama. En este avituallamiento José Luís se nos escapa un buen trozo. Al verse solo decide (inconsciente criatura) esperarnos. Llegamos anunciándole que si persiste en su intento de ir con nosotros su marca va a ser una ruina. Con su sonrisa demuestra ser uno de los nuestros: ¿qué es una marca? Seguimos corriendo animadamente. La conversación cada vez es más entretenida, y el relieve favorable nos lleva sin sufrir demasiado hasta el medio maratón. 100 metros antes de la alfombra de cronometraje del mismo Darío entabla una sana amistad con una corredora que cojea ostensiblemente. Él la anima, y le dice que el año próximo lo conseguirá. Ella responde gruñendo que es su octavo maratón, que corrió hace tres semanas el de París y que nos vayamos todos a tomar viento. Darío, genio y figura. Poco después nos trincamos el segundo gel.

José Luis conoce bien la segunda mitad del recorrido. Desde ahí nos va contando la cara que pone el asfalto casi metro a metro. Eso nos ayuda mucho, porque nos permite dosificar. Entramos en la Casa de Campo. La primera parte del recorrido es cuesta arriba. Esa subida marca de algún modo la frontera entre nuestra carrera cómoda y lo que vamos a sufrir. Poco después del avituallamiento realizamos la segunda parada técnica para regular los niveles de líquido corporal. Unos arbustos hacen las funciones a la perfección y seguimos. Saliendo de la Casa de Campo, y coincidiendo con la primera cuesta realmente dura, andamos por primera vez. Hasta ese momento, y es ya hacia el kilómetro 28, sólo hemos caminado para beber, cada vez que tocaba.

Hasta el 30 seguimos con ánimo. Poco antes de ese kilómetro nos cruzamos con un corredor que camina en dirección contraria. Darío comenta que siente las piernas cargadas. El colega, haciéndonos pagar lo poco que intima con el sexo opuesto, le responde indignado. Ahí ya me permito aconsejar a mi compañero del alma que se abstenga de entablar cualquier tipo de relación con otros corredores o público en general. Los Tres Mosqueteros y nadie más. Acepta con resignación dirigirse a la gente con un escueto “ánimo”.

En el 33 aparece mi amiguete Eduardo. Me había dicho que vivía cerca de ese punto kilométrico, y alucino en colores porque el tío anda ahí esperándonos (y pasamos ya con cierto retraso sobre Chema Martínez, la verdad). Nos acompaña un buen trozo y aprovechamos para caminar. Volvemos a trotar despacito hasta el 35. Ahí empieza lo que yo conozco y mis compañeros de aventuras no. Les cuento la historia del muro, del tío del mazo y de la madre que los parió a todos. Yo voy sorprendentemente bien, y les pido encarecidamente a ellos que se sometan a un chequeo rápido para determinar que el buen aspecto que traen obedece a su frescura física real. No me contestan, cosa que interpreto como el peor de los augurios. Sin embargo, seguimos.

Ahora ya debemos caminar un poquito más. Lo hacemos sin demasiados problemas, intentando meter trocitos de suave trote, cuanto más largos mejor. Les digo que debemos empezar muy despacito, y el cuerpo nos dirá cuándo podemos ir más rápido (a 4’ el kilómetro, bromeo). Lo aprendí de Santi. Él lo aprendió de Paco Garabitas. No sé quién se lo enseñó a Paco, pero sería un sabio.

En este brete alcanzamos el 40 y luego el 41. Pasado este último punto kilométrico, y tras tomar fuerzas empezamos a trotar seguido, ya hasta la meta. La entrada en el Retiro es apoteósica. Los corredores que nos cruzamos andan eufóricos porque ya terminaron, y nos animan a rabiar. Vemos las vallas a ambos lados del asfalto, y al fondo los arcos de meta. Subimos el ritmo por el efecto de la adrenalina. No hago más que decir idioteces. Creo que llego incluso a cantar. Pasa el 42 y queda el paseo de los campeones. Oigo un grito: “¡¡¡Pepeeeee!!!” Miro a mi izquierda y reconozco a Lucas, a punto de perecer por culpa de una insolación. Lleva casi dos horas esperando que aparezcamos. Ha venido en moto desde Zaragoza sólo por vernos y comer con nosotros. Me llevo las manos a la cabeza, le saludo y sigo. Justo después de cruzar la meta correré (?) a abrazarle. Me quedan menos de 100 metros y los voy a usar para darle sentido a todo esto. Ya no estoy feliz por mí. Se me olvida la dedicatoria que tenía pensada. En mi cabeza sólo están esos dos mozos que me han acompañado toda la carrera. Para ellos es su primer maratón. Han sufrido mucho y están a punto de vivir lo mejor, algo único, que ya nunca se va a volver a repetir. Me pongo al frente del grupo y decido agarrarles la mano. Entramos los tres como un equipo. Los Tres Mosqueteros. Lo hemos conseguido. Miran al suelo. Tardan un poquito en asimilarlo. Enseguida levantan la cabeza y veo sus sonrisas. No tienen precio. Nos repartimos abrazos de tres en tres. Les felicito. Me siento como nunca. He sido un poquito su liebre. ¿Quién me lo iba a decir?


La comida de las agujetas merece capítulo aparte. Me sentí entre amigos. Y cuando digo esto, quiero decir que tuve la sensación de que toda aquella gente nos conocíamos de siempre, y a muchos no los había visto en mi vida. Cosas de la blogosfera. Empiezo por ahí el capítulo de agradecimientos, con todos esos comensales que fueron mis amigos. También a los que no pudieron venir a la comida pero estaban en espíritu. Al menos nos vimos en la feria y charlamos un ratito. Vais a tener que aguantarme en vuestros blogs mucho tiempo.

A la gente de Carreraspopulares.com, gracias por montar la comida del sábado y tratarme tan bien. En especial, gracias a David por convertirse en mi guía toda la tarde del sábado. Un provinciano es un provinciano.

A Lucas, por hacernos sentir tan importantes como para justificar el palizón de viaje que se pegó, sólo por conocernos viéndonos un ratito. Gracias, socio. Eres único.

A Santi, por seguir tratándome como a un hermano menor, el que cayó en la marmita, y velar por el antes y el después, excursión al aeropuerto incluída. Gracias, amigo.

A Darío por ser el mejor anfitrión y, junto a José Luís los mejores compañeros de maratón que he tenido nunca. Gracias por hacer de ésta mi mejor carrera. Lo siento, José Luís, porque te arruinamos la marca. Pero no digas que no te avisé.

A Pilar, la mamá de Darío, por darme techo, macarrones y agradable conversación. Gracias por tanta amabilidad. Me sentí como en casa.

No tengo dudas. Fue mi mejor maratón. Difícil de superar.

31 comentarios:

Grimo runner dijo...

Enhorabuena, veo que todos los bloggeros habeis acabado, tu crónica ha sido perfecta, me he reido, me he emocionado. Un saludo de un lector.

SlowPepe dijo...

GRIMO RUNNER: Bienvenido a esta tu casa. Gracias por las felicitaciones. Te debo una visita. Un saludo.

Jaime dijo...

Enhorabuena Slow. Otro Maratón para tu colección y yo creo que el de Madrid es de los mejores.

Buena filosofía si señor.

Un abrazo.

Jaime

German Alonso dijo...

A buen ritmo, con una sonrisa en la cara... ¡esa es la manera de correr y no lo que hacemos los demás!. La próxima me voy con vosotros porque sólo me pierdo.

Enhorabuena por esa "peazo" de carrera y gracias por el apoyo que nos diste a todos antes de salir. Eres único Pepe.

Un abrazo muy fuerte. Germán.

ELMOREA dijo...

Eso es progresar Pepe, de Slow a liebre en tres maratones.
Eres un tio grande (en todos los aspectos).
Un abrazo plantígrado.

Joan Josep dijo...

Felicidades, felicidades y mas felicidades. No solo por terminar un maratón, sino por hacerlo de esa manera tan magnífica, que es disfrutando y compartiéndola con otros. Esa debería ser la esencia que muchos olvidamos a veces. Yo para mi primera, quiero correrla con vosotros. ¿No volverás a la de Barcelona?
Además, eres otra de las menciones que me olvidé de añadir en mi post. Sorry.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Preciosa cronica!!! yo ya tengo preparada la mia (un verdadero ladrillo) pero no se como mandartela Por email? me puedes decir como?
un abrazo

Commedia dijo...

Pepe, el Martínez había pasado hacía rato, pero a ese lo vi por la tele desde mi casita. Mis aplausos, al solete de Madrid, fueron para los esforzados del pelotón de cola, los verdaderos héroes del Maratón, los que lo viven y sufren de un modo tal que la élite nunca conocerá.

Magnífico el autobús que montasteis y genial tu trabajo de liebre para Darío, al que vi sufrir como todo un campeón.

Fue un placer conoceros y compartir con vosotros unos metros de charla. Vestía de "romano", es verdad, pero es que ese día los verdaderos atletas eran los que luchaban contra sí mismos en 42195 metros de gloria.

Lucas dijo...

A todos los lectores de este blog. No conteis con Pepe para el maratón de Nueva York del 2011. Me lo pido pa mi. Ya solo me queda poder volver a correr para ponerme a la altura de la liebre. La anchura ya la tengo...jejeje
Cuidate, primo.

Anónimo dijo...

Buena crónica grandullón, Garabitas se sabe uin montón de trucos para poner a nuestro favor la inercia del movimiento, es un libro abierto que tengo la suerte de poder leer de vez en cuando.

Por lo demás no hace falta decir nada, un hermano pequeño es un hermano pequeño.

La próxima vez llegaremos directos a la T4 en vez de dar la vuelta a Madrid.

Buena crónica, buena carrera, ¡enhorabuena!

Rafael dijo...

Gran mérito acabar la Maratón y mas sin un plan concreto ni demasiado entrenamiento encima.Lo mejor de todo es que te lo has pasado bien y lo has vivido con intensidad,encima ejerciendo de guía, asi que de lujo,mas no puedes pedir.
Un abrazo y a seguir con el deporte que es muy sano.

Unknown dijo...

Felicidades! Algún día espero terminar una MARATÓN (con letras mayúsculas porque los 42´195km se lo merecen). Un aplauso para la crónica del Mapoma. Os paso de todo!

Un saludo muy fuerte.

Josef Ajram Tares dijo...

Felicidades por tu filosofía de entender el deporte.

Josef Ajram
www.josefajram.com

SlowPepe dijo...

JAIME: Estoy de acuerdo. Me encantó esta carrera, a pesar del perfil y del calor. Gracias.

GERMÁN: Ahí nos apoyamos todos, unos con los otros. Fue muy especial. Gracias también a ti.

ELMO: En nada estoy tirando también de ti. Con nosotros no hubieras pillado el pajarón ese, jejeje, aunque también te hubiéramos arruinado la marca.

JOANJOSEP: Gracias, hombre. La verdad es que lo pasé genial, sobretodo por la compañía. ¿Barcelona? Es mi ciudad, y antes o después habrá que repetir en ese maratón. En el otro que corrí ahí lo pasé tan mal que habría que sacarse esa espinita. Estamos en contacto.

JOSELUIS: Gracias, mosquetero. Tú dale al botón a través de slowpepe@gmail.com y te la cuelgo en un periquete. La foto la pillas pinchando con el botón derecho del ratón y tuya es (mola, ¿eh?)

COMMEDIA: El gustazo fue nuestro, y el detalle, tuyo. Te agradezco en sobremanera la paciencia y la compañía. Me alegró verte. Nos diste un respiro porque andábamos desbocados.

LUCAS: Tú ponte bueno del todo y lo demás caerá por su propio peso, no te quepa duda que de peso sé un rato, primo.

SCOP: Saludos desde la marmita. Gracias por tu comentario. Lo de Barajas que no te marque. Mejor nos acordamos de los Garabitas y sus consejos. Hay que aprender de los grandes ;-)

MARATONMAN: Pues gracias. Sin plan, es verdad, pero algo entrené, para ser sincero. Lo de tirar del carro fue cierto a medias. Nos íbamos turnando en el liderazgo para llevar el grupo a buen puerto. Salió genial. Repetiría mañana mismo (sin agujetas, claro).

TOVARICH JAVO: Bienvenido lo primero. El maratón está ahí para quien quiera correrlo. Si nosotros pudimos..., la verdad es que basta con respetarlo, entrenar y apuntarse. Ánimo con ello.

JOSEF: Bienvenido también. Un placer tenerte por aquí. Todos tenemos nuestro personal modo de entender estas cosas. El mío va con mi forma de entender la vida: pienso que debemos disfrutar de lo que tenemos entre manos. A veces hay que apretar los dientes y gozar con una gesta (mi primer maratón fue un poco así, golpeado brutalmente por el tío del mazo en el 35 y llegando mal pero llegando). Otras veces las circunstancias nos llevan a disfrutar de los logros de los demás. En Madrid me alegré más de la victoria ajena, tomándola como propia.

Gracias por vuestros comentarios. Un abrazo a todos.

Darío Vico dijo...

¡Hola Pepe! Entre que estoy muerto, y la semana tan fantástica que me esperaba, no he tenido tiempo de respirar, pero aún no se me ha quitado la sonrisa.
Bueno, el jueves fiesta y se acaba la tregua; ¡a trotar! te debo un maraton por debajo de las cinco horas (¿BCN? ¿ZGZ?) y te emplazo a ello.

Pdta. he empezado el régimen, pero la butifarra esta de muerte, macho, eso ha sido alta traición...

Un saludo, y a ver si mañana te llamo... recuerdos de 'Ma' Vico.

nando75 dijo...

Felicidades, eres un peaso de ejemplo a seguir. Continua así. La única pega es el pobre Darío que perdió todo. Solo falto perderse a el mismo.

Gracias por la crónica
C2C

Javi Her dijo...

VAMOS SLOW, un gustazo de conocerte. Tus mejoras, pueden ser por los calcetines largos, jejeje, no te los quites tio, que yo aun los llevo puesto y subo y bajo escaleras que me las pelo... Buena y sentida crónica.

Un saludo majo.

carles call dijo...

joder que grande !!! he puesto tu blog en mis favoritos.... a ver si yo algun dia tengo también el coraje de empezar...

Carlos dijo...

Magnífica crónica Pepe, pero hay algo que me ha hecho mucha gracia: sólo a tí se te ocurriría empezar a hablar del muro a tus compis en el kilómetro 35, juas... Si no te corrieron a collejas es que son verdaderos amigos y te quieren..., o no tenían fuerzas ni para eso...

Un abrazo. ;-)

Espirulina dijo...

Qué bonita crónica, Pepe, me ha encantado y me he reído mucho.

Fue un placer, claro que si (en mi caso sólo la comida, más me habría valido unirme a vosotros durante la carrera).

Hasta la próxima :)

Pep Corsari dijo...

Grande Pepe, la tercera al saco. Ahora no te duermas, e intenta marca para Pekín...
Magnífica crónica.
Un abrazo

Syl dijo...

Jo, Pepito, sigo con todos los pelos de punta ahora mismo (y no es coña)...me hiciste sentir tan identificada con tu carrera...
Creo que compartirla con amigos la hace mucho más especial todavía y si encima con ellos consigues empezar y acabar, ya es la rehostia.

También entiendo esa sensación de sentirte feliz porque el debutante lo ha conseguido...te hace más feliz que tu propio triunfo...y eso, es muy bonito.

Bien por ti, por Darío y por Jose Luis. Un trío de ases, sin lugar a dudas.

Besitos.

Barney dijo...

Pepe, que dice Roberto que dónde está el "tito-Slowpepe" para darle más monedas ja ja ja Fue un placer tan grande conocerte en persona que habrá que repetir. Me llevaré la hucha de Robertito pero esta vez en lugar de centimos dale euros hombre.... ja ja ja
Felicidades por esta Maratón y por saber disfrutarla. Un abrazo

Anónimo dijo...

Pepe, estupenda crónica como remate a un estupendo fin de semana, calculo.
Un abrazo, y atención porque el siguiente post te lo dedico. Atentos a sus pantallas (quenobajamos)

Tetovic dijo...

Bueno, Pepe, un gran placer haberte conocido en persona este pasado fin de semana en las dos comidas (y ademas nos toco al ladito en ambas).

La verdad es que tengo que decirte que no te pareces en nada al Pepe que había imaginado leyendo tu blog. No sé porque raro motivo te había imaginado un tipo tranquilote, reposado... y joooooderrr.... ¡¡¡eres un vendaval!!! ¡¡no paras!!! :D

Preciosa crónica y preciosa manera de vivir un maratón.

No sé porque me da en la nariz que tú ya eres un enfermo de esto. Uno más. :)

¿Para cuando ese medio-ironman?

Un abrazo crack!

Lander dijo...

Felicidades a los tres grandullón.

He disfrutado un monton con tu crónica. Un placer conocerte y aprender una miaja de tu filosofía.

¡¡ eres grande ¡¡

Ilusionados saludos.

Tecolinha dijo...

Después de esta crónica ya no me aguanto: doy la cara, jeje.
Te llevo leyendo desde que saliste en la entrevista de carreras populares porque me encanta tu filosofía y esta entrada ya no me deja seguir "por la mirilla":-)
Gracias por ella, a mi aún me queda un trecho para una maratón, pero mientras tanto... recopilaré vuestras experiencias y sensaciones.
ENHORABUENA, es magnífico ver cómo expresas lo que hay alrededor de este deporte.

mayayo dijo...

Bravo Pepe!

Y ahora, no solo has pasado de maratoniano a mapomero (mas sufrido, dicen..) sino encima a liebre oficial.

Fue una gozada veros llegar sonriendo por el 41k entre un mar de rictus desencajados, y tambien poder disfrutar luego de la comida de agujetas.

Seguro que coincidimos pronto con un chip atado al pie, por esos mundos de Dios :-)

Jose Luis Muñoz Sanchez dijo...

Hola otra vez campeóm!!! Al final, en vez de mandarte mi crónica me he decidido poner la en mi propio blog.... es de "todo a 100" pero bueno...ya lo ire completando. La dirección es: http://jlms242k.blogspot.com/

un abrazo

Jose Luis

Commedia dijo...

Dicen que, a veces, lo más duro viene en el "kilómetro 43". Cuéntanos tu experiencia, Pepe.

Jose Ignacio Hita Barraza dijo...

Por fin he podido leer tu crónica, la verdad es que fue un maratón fantástico, me alegro mucho de que lo disfrutaras y sobre todo me alegró mucho conocerte, eres un buen tipo :)

Un abrazo y a ver si nos volvemos a ver algún día.