Porque lo que nos importa no es llegar antes o después sino haber disfrutado del camino
viernes, 28 de marzo de 2008
Me voy para Dénia. A la vuelta os cuento...
miércoles, 26 de marzo de 2008
EL ÚLTIMO RODAJE, DATOS Y CONCLUSIONES
Pues fue finalmente el lunes. Lo intenté el sábado aprovechando el buen tiempo. Fracasé en el intento más o menos en la mitad del mismo. El domingo no hubo forma humana de salir, y tuve que esperar a ese lunes festivo en Baleares y algo más apacible desde el punto de vista meteorológico para sumar un entrenamiento largo medio decente y dar por finalizada la preparación del medio maratón de Denia. Ahora a trotar de modo cochinero tres días, descansar por completo otros tres y a esperar al domingo comiendo macarrones (mi parte favorita de la preparación de una carrera) y bebiendo isotónicos.
Salí con la idea de hacer 18 kilómetros por terreno ondulado, pensando sobretodo en ese Mapoma en diente de sierra para el que también me apunté. Conseguí correr todo el tiempo, cosa nada baladí teniendo en cuenta lo respetable de algunas cuestas. En éstas me propuse acortar la zancada y controlar el ritmo, a fin de no disparar en exceso la frecuencia cardíaca y pagarlo después. Así conseguí no pararme a caminar, e intentar recuperar un poco el ritmo en el llano y las bajadas. Finalmente, GPS en mano, me salieron esos 18 (muy poquito más) en 2h 4'. A los aficionados a las matemáticas correriles no se les va a escapar que el ritmo medio anduvo alrededor de los 6:53 el kilómetro, lejísimos de esos 5:30 que rompen la barrera de las dos horas en medio maratón. Esas son las frías cifras.
Me encontré bien, eso sí. Sobretodo porque me centré en no convertir el entrenamiento en una competición, y pagar el esfuerzo durante toda la semana. Entonces conseguí disfrutar del camino, puro bosque en su gran parte, y terminé bastante cansado pero no por ello sin buenas sensaciones. Volví a sentirme, si no rápido, al menos resistente.
Mis atenuantes son una semana en cama con gripe y un circuito bastante duro como para andar muy pendiente del crono. Sin embargo me quedó la sensación de que en llano hubiera dejado la media en 6:20 como máximo, lo que me lleva a concluír que competiría sólo algo más rápido sobre la distancia del medio maratón ahora mismo. Ello prácticamente excluye la posibilidad de bajar de dos horas. Más bien creo que entre 2:10 y 2:12 podría andar la cosa, pero ni eso me va a preocupar el domingo. Lo siento por aquellos cuyas expectativas pueda defraudar. Los que me conocen bien saben que una cosa es marcarse un objetivo un momento dado y otra sacrificarlo todo por ello. He visto a populares retirarse de una carrera en la mitad porque los tiempos que iban saliendo cada kilómetro eran malos. Yo el domingo lo haré tan bien como pueda, pero procuraré disfrutar del camino y la compañía. Eso sí que no me lo pierdo por nada.
A algunos os veo en Denia. A los que no, nos leemos a la vuelta. Salud y buenos rodajes, eso para todos, claro.
sábado, 22 de marzo de 2008
YA SALE EL SOL
Ha mejorado algo el tiempo por aquí. Entró la primavera con envidia del invierno, y frío, lluvia y viento nos acompañaron a ratos la semana pasada. Hoy ha salido el sol para levantarnos el ánimo y conseguir que nos echemos a la calle a disfrutar de esos esperados primeros calorcitos.
Ayer salí un ratito con la bici, a pelearme con el viento y soltar piernas. Me pareció la opción más sensata tras los días de gripe y reposo. Rodé con el equipo del Titán, en buena compañía. Pedro leyó no sé dónde que hay que probar siempre el material antes de la competición, y decidió pinchar dos veces, lo que unido a mis compromisos matutinos dejó la sesión de pedaleo en 90 minutillos suaves, de esos que no parecen llevarle a uno a ninguna parte aunque, como todo, seguro que sumaron.
Esta mañana salí a correr. En principio pretendía hacer la última tirada larga de ese anarco-programa de entrenamiento que me traigo entre manos. Iban a ser dos horitas cómodas: salir de casa, alejarme y a los 60 minutos dar media vuelta y volver por dónde había venido. Pues bien, las piernas hoy no iban. Una pesadez que no sé aún a qué se debe y las consiguientes malas sensaciones me obligaron a dar la vuelta en el minuto 32 y pico, para completar una hora pelada de rodaje a gilirritmo. Me imagino que tantos días de reposo y medicación me han dejado algo tocado, por eso no quise forzar ninguna situación y me volví antes. Luego lo de siempre: los últimos 15 minutos de trote empecé a sentirme un poco mejor, pero ya enfilaba el camino de la ducha y decidí respetar la decisión tomada, esperando al menos un día para completar ese rodaje largo con tiempo suficiente como para recuperarme del mismo completamente de cara al medio maratón del próximo domingo.
Salud y buenos rodajes a todos.
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Entrenamiento,
Medio maratón
martes, 18 de marzo de 2008
ESA GRIPE
Por dormir con el culo al aire, por eso. Es lo que se dice siempre, ¿no?
El sábado nos juntamos unos cuantos con ganas de marcha. No era marcha nocturna, sino diurna. Una ruta de unos 21 kilómetros hasta subir a Monte Toro, sin tocar una carretera, todo por el magnífico entorno rural que nos ofrece Menorca.
La marcha estuvo más que bien, pero seguro que no medí con suficiente cuidado lo fresco del aire, porque anduve en manga corta y seguro que pillé un enfriamiento de esos que te llevan directo a la cama, con unos escalofríos de tres pares de narices, paracetamol para cenar y a esperar que pase la caraja. Suerte tengo que la enfermera venía de serie con el kit del matrimonio, y sus cuidados están obrando maravillas en el paciente (que ya sé el porqué del llamar así al enfermo, porque con eso de la gripe no queda otra que esperar a que se cure solita).
Y como lo primero es el reposo, desde el sábado parado y lo que te rondaré morena. Veremos cuándo puedo ponerme en marcha otra vez, porque era ésta la última semana de carga de kilómetros antes de los 7 días de tapering previos a la carrera. Entrenar, pues, nada de nada. A ver si con tanto paracetamol se me quita del todo el hambre y sudando como sudo (que hay que cambiar pijama y sábanas casi dos veces por día) pierdo algún kilillo. El que no se consuela es porque no quiere.
Si queda por ahí algún lector sin vacaciones, que sepa que deseo a todo el mundo lo mejor para estos días de asueto. Cuidadín con la carretera: después de esta semana de Pasión tenemos que estar ahí todos otra vez.
El sábado nos juntamos unos cuantos con ganas de marcha. No era marcha nocturna, sino diurna. Una ruta de unos 21 kilómetros hasta subir a Monte Toro, sin tocar una carretera, todo por el magnífico entorno rural que nos ofrece Menorca.
La marcha estuvo más que bien, pero seguro que no medí con suficiente cuidado lo fresco del aire, porque anduve en manga corta y seguro que pillé un enfriamiento de esos que te llevan directo a la cama, con unos escalofríos de tres pares de narices, paracetamol para cenar y a esperar que pase la caraja. Suerte tengo que la enfermera venía de serie con el kit del matrimonio, y sus cuidados están obrando maravillas en el paciente (que ya sé el porqué del llamar así al enfermo, porque con eso de la gripe no queda otra que esperar a que se cure solita).
Y como lo primero es el reposo, desde el sábado parado y lo que te rondaré morena. Veremos cuándo puedo ponerme en marcha otra vez, porque era ésta la última semana de carga de kilómetros antes de los 7 días de tapering previos a la carrera. Entrenar, pues, nada de nada. A ver si con tanto paracetamol se me quita del todo el hambre y sudando como sudo (que hay que cambiar pijama y sábanas casi dos veces por día) pierdo algún kilillo. El que no se consuela es porque no quiere.
Si queda por ahí algún lector sin vacaciones, que sepa que deseo a todo el mundo lo mejor para estos días de asueto. Cuidadín con la carretera: después de esta semana de Pasión tenemos que estar ahí todos otra vez.
viernes, 14 de marzo de 2008
PURA ANARQUÍA
Es lo siguiente que voy a leer, ayer me hice con él. Lo empiezo en cuanto termine con el Firmin de Sam Savage (otra delicia).
No, esto no es un blog literario. Aquí hablamos de correr, despacito pero correr. Sólo trato de redimirme confesando al mundo. Empecé el año entrenando al tún-tún, y pronto decidí hacerme con un plan, como los buenos. El gran Gavela fue el elegido. Era fantástico: no demasiados kilómetros, trabajo de calidad perfectamente estructurado y garantías de éxito al seguirlo. Me comporté un tiempecito, pero la cabra tira al monte.
Pura anarquía no es sólo el título de lo último de Woody Allen. También son mis entrenamientos para Denia y Mapoma. No sé cuántos kilómetros junto al final de la semana. Ni siquiera sé la distancia que recorrí en mi última tirada larga (2 horas, progresivas, eso sí). Después de un entrenamiento duro troto o descanso, hago algo de calidad los miércoles (siempre sesiones con repeticiones de 400 metros en el tiempo que toca, eso también) y ruedo largo el fin de semana, procurando hacer un poquito más cada semana, pero sin agobiarme demasiado. En definitiva corro 4 o 5 días por semana, nunca menos, pero sin seguir una pauta demasiado rígida. Sencillamente ahora no puedo.
Y no es ésta una confesión que persiga, a través de la correspondiente penitencia, remisión alguna de todos esos pecados. No tengo una especial sensación de culpabilidad al respecto porque, por un lado salgo a patear caminos con frecuencia, y por otro lado hacerlo casi "por sensaciones" es lo que ahora me apetece. Lo único que pierdo así es un control sobre las marcas que puedo hacer en cada carrera. A mí nunca me ha importado, pero le prometí a Santi Palillo que trataría de bajar de 2 horas en Denia, y me temo que eso va a ser complicado. A ver cómo convenzo ahora al personal para que miren palante en ese autobús, disfruten de su excursión y me dejen llegar un poquito más tarde. Ya tendré mesa y mantel para compartir con ellos lo que haga falta. Es que soy incorregible. El más lento del lugar.
Salud.
martes, 11 de marzo de 2008
PREFERIRÍA NO HACERLO
El mismo Melville de Moby Dick escribió en su día una novela corta, de esas que se leen de un tirón, que debería formar parte de aquel listado de incunables. Bartleby es un personaje tibio que empieza a trabajar para el narrador como escribiente. Su dedicación es al principio ejemplar, pero reacciona de modo desconcertante cada vez que se le pide algo: contesta que preferiría no hacerlo. No es un sí, no es un no. Es una respuesta que empieza sorprendiendo y termina exasperando, y determinando la suerte final del propio Bartleby.
Eso es lo que me pasa a mí cuando se me acumulan las cosas. Soy muy dado a sumar trabajo, baloncesto, atletismo, triatlón, familia, amigos, compromisos propios y ajenos y a veces amenazo con colapsarme. En esos momentos miro a gran parte de las cosas que tengo delante y pienso "preferiría no hacerlo".
La diferencia está en que Bartleby no hace nada que prefiera no hacer, y un servidor respira hondo y saca tiempo de donde no lo hay para todo, a costa a veces de aparcar otras opciones para invertir mejor el tiempo, a lo mejor en uno mismo, a lo mejor en aquellos que más cerca están. Y se hace todo, lo que apetece y aquello que se preferiría no hacer.
Sin embargo, para determinadas cosas el planteamiento es radicalmente opuesto: me apetecen un montón, fundamentalmente por la ilusión con que las visto. En ese listado está mi viaje a Denia de fin de mes. Tengo muchas ganas de correr un medio maratón, bajando o no de esas dos horas. Sobretodo porque me apetece horrores el ambiente de las carreras populares, y todo lo que va a rodear a ese fin de semana en el que no sólo se va a correr.
Luego Mapoma, que ya estoy inscrito. Llevo muchos meses, con algunos incluso puedo contar casi en años tratándome con gente con la que comparto muchas cosas, entre ellas eso del correr y del contarlo. A unos pocos ya los conozco, y en persona no pierden un ápice. A los más voy a poder estrujarlos en un abrazo en Madrid, y eso, además del grandísimo maratón que es Mapoma, bien vale un viaje. Eso, definitivamente, preferiría sí hacerlo. Si no pasa nada raro ahí nos vamos a encontrar todos.
Salud, claro.
viernes, 7 de marzo de 2008
PARTE METEOROLÓGICO
Así andamos Menorca y yo. Hace un frío que pela, lleva una semana lloviendo y el viento del norte nos azota implacablemente. Según la previsión, el temporal remitirá en toda España. Bueno, en la España que se ve cuando dan el parte. En esos momentos, todos los meteorólogos de la tele suelen ponerse en el lado derecho del mapa de signos o de la foto del meteosat, justo delante de la representación gráfica del invisible entonces territorio de nuestra maltratada isla. Pues eso, que aquí no va a mejorar. Más vale que le quite el polvo a la cinta y la plante en medio del garaje, porque vamos con retraso en el plan de Denia y, por ende, en el de Mapoma, que no está el horno para los bollos de plantarse en el medio maratón del día 30 sin apretar algunos kilómetros en mis piernas.
Sin tapujos: no creo que esté en poco más de 3 semanas para bajar de 2 horas. Para esa marca tendrían que pasar algunas cosas que difícilmente van a suceder en tan poco tiempo. No es la excusa del mal pagador, sino que no hay más cera que la que arde. De todos modos apuraré el tiempo y los rodajes, y cuando estemos en el baile, pues ya bailaremos.
Este finde, si la despedida de soltero que tengo mañana y que promete ser un desmadre total de esos a los que uno no se acostumbra nunca, eso, este finde, tengo que cerrar la logística al menos de Denia, que es el día 30 y no queda ná. Bueno, el viaje, y si voy a tener tiempo de visitar a la madre que me parió es lo único que hay que cerrar. El alojamiento lo tengo ya concertado en el Hotel Palillo, un 6 estrellas donde el trato es familiar y dan de comer pasta seguro. Desde luego, hay blogueros que no saben lo que hacen ;-)
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Entrenamiento,
Medio maratón
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