


Porque lo que nos importa no es llegar antes o después sino haber disfrutado del camino



Lo primero el vídeo, que es una pequeña locura de planos y monólogos. Lo sé, no soy Almodóvar, pero me pareció diferente meter la previa de la carrera en imágenes.
A la hora de correr fui finalmente atrás. Adelanté algunas chicas que "no contaban" (ellas daban una sola vuelta al circuito mientras que nosotros dábamos 2) hasta que llegué a la altura de Julio. Las presentaciones se produjeron después de un kilómetro rodando hombro con hombro. Pasamos la carrera entera charlando animadamente. Al ir los últimos, nos llevamos lo mejor del calor de la gente, siendo los más aplaudidos.
Ya en la recta de meta, mi socio de carrera subió su ritmo con ganas de terminar. Me sorprendió, alejándose con un par de metros de ventaja. Apreté un poco, me puse a su altura, le agarré la mano, se la levanté al cielo y exigí un aplauso para mi esforzado compañero, dejándole pasar dos palmos por delante de mí y apropiándome del honroso último puesto.
No llegó la carrera a los 5 kilómetros, y mi ritmo medio (ahora con lo del chip da gusto) me cuentan que fue de 5'15"/Km. Me sigue pareciendo demasiado rápido, por mucho que la carrera fuera cortita, pero es que tooooodos los demás corrieron más deprisa. ¿Faltan o no coleguitas en el pelotón de cola?
Salud y buenos rodajes a todos.

Mañana empezamos la liga de carreras populares de verano. Lo leo en todas las revistas que caen en mis manos: llega el calorcito, vamos a olvidarnos del reloj, salgamos a disfrutar, es tiempo de relajarse y otras lindezas al uso. El clima y el período vacacional son factores que determinan ese modo más recreativo con que vamos a tomarnos lo del correr. Y un huevo.