viernes, 14 de septiembre de 2007

LOS IBA A CORRER A HOSTIAS A TODOS Y MIS 20 KILÓMETROS


Perdonad el tono de mis palabras, pero estoy hasta los cojones de algunos de mis congéneres. Vaya semanita lleva mi conciencia recibiendo mensajes de esos que consiguen despertarla a ella y poner en ebullición todo mi torrente sanguíneo.

Empezando por ese salvaje anacronismo que es el Toro de la Vega en Tordesillas (Valladolid), donde apoyándose en una tradición ciertamente antigua se tortura hasta la muerte a un animal en una celebración terriblemente cruel, y repetida año tras año con motivo de las fiestas patronales de aquella localidad.

Luego veo en Televisión Española (creo que en su primer canal), un programa completito dedicado al maltrato canino. Cámaras ocultas dejando gráfico testimonio, por ejemplo, de una conversación con un supuesto criador de perros de caza, que admite sin rubor que sacrifica tanto a las hembras como a los machos menos aptos para su comercio. Luego las instalaciones del criadero hacían llorar: perros hacinados en jaulas sucias, durmiendo entre sus propios excrementos y claramente mal alimentados e incluso maltratados. El fenómeno del propietario intentaba vender un perro diciendo que no valía mucho, y que habría que pegarle un poco para no sé qué. A él lo iba a agarrar yo por la pechera y le iba a contar un par de cositas hasta que se le quitaran las ganas de pegarle a los perros.

En el mismo programa trataron el tema de los galgos de caza: es muy simple, cuando se vuelven mayores y no sirven para cazar sus dueños simplemente los cuelgan (del cuello) de un árbol hasta que mueren ahorcados con gran sufrimiento. Fotografías ilustraban el tema. Ahí ya se me puso la piel de gallina y me entraron ganas de llorar y de darle un par de hostias a alguien.

Poco después suavizan el tema en el mismo programa: los excrementos que los dueños dejan olvidados. Más del 60% de los recogidos por sanidad en Madrid tenían parásitos, por lo que ya no es un tema de educación sino de salud pública. Ahí otra cámara oculta: una lista con un perro en un parque. Su cara aparece tapada por un borrón, sólo se la oye hablar. El periodista camuflado le recrimina su actitud de dejar las caquitas de su perro de 80 kilos en pleno parque. Ella dice que eso es "campo", no asfalto, y que no lo piensa recoger. El chico le recuerda que por ahí juegan los niños. Ella, ya nerviosa, ataca al periodista y le dice algo así como "pues denúnciame". Pues eso, coño. Se la graba en un espacio público, ¿por qué le tapan la cara? Que la saquen con toda su estupidez y sus vecinos sabrán con quién se están jugando los cuartos. Yo alucino. Y aprovecho que aquí escribo lo que me da la gana para denunciar.

Hoy hice 20 kilómetros, pero eso es ya casi lo de menos. El tendón no me dolió pero me dolió todo lo demás. Estoy hecho un desastre, pero terminé el entrenamiento.

Y suscribo el mensaje de la foto: ¿Para qué cojones quieren su piel? ¿Acaso el zorrito se viste con la piel de la señora? Pues eso.

5 comentarios:

Vic dijo...

Estoy contigo.
Últimamente hasta me planteo ser vegetariana pero estoy superenganchada a la carne así que estoy intentando que en las cenas no entre ninguna proteina animal...

ELMOREA dijo...

No te digo nada, ya sabes mis opiniones a este respecto.
A diferencia de Vic, ni me planteo hacerme vegetariano, cualquier loncha de jamon me haria desistir, pero es que no se trata de esto. Es mucho mas simple, no ser cruel. Simplemente eso.
Por lo demas ¿20 km? y acabas de salir de la lesion. Me pregunto en que momento de nuestra vida de corredores hemos perdido el norte y la nocion de los km (a mi me pasa lo mismo, que conste).

Carlos dijo...

Sí señor. Tienes toda la razón.

Hay mucho salvaje suelto en esta especie mal autotitulada como sapiens.

Un abrazo. ;-) :-)

Marcelo dijo...

Que bueno seria que mas españoles desprecien la tradicion que tortura a los toros.
Y de paso a la monarquia.

Santi Palillo dijo...

Aunque llego un poco tarde me uno al tema, el maltrato a los animales debería estar perseguido pero en España es todo lo contrario.

Marcelo somos más de los que tú crees, pero hacemos poco.