lunes, 15 de marzo de 2010

VUELTA AL TAJO QUE ME PILLA EL TORO...

Después del buen rollete que me dejó el último maratón, con marca personal (que no estaba difícil, ya lo sé, pero es la falta de costumbre) debo recuperar el objetivo principal de la temporada (y de mi vida). Me bajaron de las nubes de golpe los colegas del club pidiéndome marca personal también en el medio maratón de Pollença (11 de abril): nunca he podido correr esa distancia en menos de 2 horas (de hecho mi mejor marca son 2:07) y me apuntaban a que el momento había llegado aprovechando la inercia del éxito en el maratón. Ni hablar.

Ni hablar porque correr en Barcelona tuvo un precio: prácticamente 3 semanas de reajuste de plan: tanto me preocupaba la recuperación tras el maratón que me dediqué a prepararlo dejando de lado la bici y la piscina, no del todo pero sí en parte. Quedan 4 semanas para ese medio maratón y he decidido no tocar ni una coma del plan de entrenamiento, correr la carrera como una sesión preparatoria más y meterme la marca que sea en el bolsillo más feliz que una perdiz. Ya vendran tiempos mejores en todos los sentidos.

Me recuperé fantásticamente del esfuerzo del maratón. El lunes ya nadaba, el martes nadé e hice media horita en la bici del gimnasio, el miércoles más bici y el jueves corrí 40 minutos suaves sin molestia alguna. El viernes combiné la bici y correr, aún sin apretar los dientes, descansando el sábado para salir en cuadrilla con la btt el domingo. Esa fue la semana que siguió al maratón.

Hoy, como digo en la cabecera, volví al tajo. Empecé el día con una hora de carrera contínua suave por la hierba del perímetro exterior de la pista de atletismo. Me quedé con ganas de más pero controlando. Luego 30 minutos soltando piernas en la bici estática y 30 minutos más nadando suave. A lo tonto, a lo tonto, descontando estiramientos y demás mandangas me salieron eso, dos horitas de tute.

Mañana me tocan metros de verdad en el agua y una salida algo más seria en ruta con la bici. Porque la bula del maratón se ha terminado y el contador de la izquierda sigue desgranando días a razón de 1 cada 24 horas, que pasan volando.

Salud y kilómetros a todos.

martes, 9 de marzo de 2010

MARATÓ DE BARCELONA 2010

Hombre, pues para cómo empezó, al fin no estuvo mal. A ver si consigo ser breve.

Me sitúo algo más allá de los atracones de pasta del viernes y el sábado, más o menos el mismo domingo de autos, en principio bien tempranito. Soy un auténtico veterano en esto. Anoche lo preparé todo, pinché el dorsal en la camiseta y me dormí incluso antes de ver cómo terminaba el fútbol televisado. Bien desayuno que hay que llenar el depósito, vacío puntualmente los intestinos como mandan los cánones me visto y me voy. Llego al coche, monto y desmonto: olvidé la vaselina. Vuelta a casa, la pillo y me voy por segunda vez. Llego al coche, monto y desmonto: olvidé las tiritas de la nariz. Vuelta a casa, las pillo y desaparezco por tercera vez. Concuzco hasta la zona universitaria y desde ahí en metro hasta la plaza de España. Movidito ha empezado todo.

Acudo a la cita de las 8.00 con la tropa menorquina. Es una quedada para sacarnos una foto pero no hay cámara, requisito indispensable lo segundo para que se produzca lo primero. Rompemos filas y subo hacia el guardarropa. En plena escalera me paran los cuatro mosqueteros, a saber, Alex (de Nenikékamen), Víctor (Vicman) y su colega Jesús (Bekele) y Manel (Binoy). Departo muy brevemente con ellos empapándome de la ilusión de los dos debutantes y del aplomo de los veteranos. Un par de fotos y al guardarropa.

¿Dónde está la riñonera? No aparece en la mochila. La uso siempre en los maratones para cargar con los geles y algo de dinero para el taxi de un abandono que todavía no se ha producido nunca. Debo de haberla olvidado en casa, yo, el veterano que todo lo tenía tan controlado, sin mi riñonera de los maratones. En fin. Aprieto los geles en el microbolsillo del pantalón, dejo la ropa a una voluntaria (gracias desde aquí a todos ellos) y a la salida en la cola de los 12200. Durante un par de minutos recuerdo algo que hablé con Carlos Velayos hace un tiempo: siento una enorme sensación de soledad rodeado por tantísima gente. Ensimismado en estos pensamientos entretengo la mirada en una camiseta rosa. Enseguida deduzco que es la que la organización da este año a las chicas. Es muy bonita, estarán contentas. Además, ahora que me fijo, conozco a su propietaria. Es Ana Espirulina, junto al gran Hita. Dos caras amigas: me abalanzo sobre ellos no sin algún sobresalto por su parte y esperamos juntos el cañonazo del inicio.

Paso bajo el arco de salida cuando se llevan unos 7 minutos de carrera. Para entonces supongo que los keniatas irán ya a por el kilómetro 3. Despacito, con algo de frío pero controlando mucho el ritmo empiezo a correr mi maratón.

Las sensaciones no son muy buenas: tengo frío (algo que nunca había sentido), las piernas algo pesadas y el cabreo intacto: quería unos prolegómenos perfectos y hasta empezar a correr no tuve más que olvidos e improvisación. Además me pasa mucha gente. Intento relajarme y correr a mi ritmo. Igual no he salido tan atrás como yo pensaba. Antes del kilómetro 3 consulto el Fore por primera vez: llevo 1 hora 9 minutos corriendo y poco más de 11 kilómetros. No lo puse a cero tras el último rodaje. Renuevo el encabronamiento y reinicio el trasto. Ahora sólo podré controlar 39 kilómetros de carrera. Además no sé lo que he tardado en recorrer los 3 primeros por lo que el tiempo que llevo corriendo va a ser simplemente aproximado. Por mi cabeza pasaba la posibilidad de bajar de 5 horas teniendo en cuenta que, si bien no había entrenado más que otras veces, sí lo había hecho algo mejor. Si se da la marca lo sabré al bulto.

Tardo un par de kilómetros en relajarme de verdad. Resulta extraño porque aún después del avituallamiento del 5 me sigue pasando demasiada gente. Acierto armándome de paciencia y no modificando mi ritmo. Si algo sé de esto de los maratones es que es largo, muy largo.

En el 14 veo a mi hermana Marian que me saca alguna pose fotográfica y un par de besos. Iba a correr conmigo desde el 38 al final pero se me raja a última hora. Desde ahí empiezo a disfrutar un poquito más viendo cómo van cayendo los kilómetros poco a poco y mi condición se mantiene en un nivel aceptable.

Poco antes del medio maratón, en uno de esos tramos de ida y vuelta me cruzo con Ana. Celebro la oportunidad de volver a saludarla y sigo adelante. Paso la media en 2:21. Calculo con facilidad y veo que doblando el tiempo bajo de 5 horas. De todos modos sé dónde empieza mi carrera. Rara vez paso la mitad con una marca peor, pero a partir del 31 o 32 las fuerzas me suelen desaparecer.

Poco a poco invierto la proporción y empiezo a pasar a corredores. En el 25 ya veo a bastante gente caminando. Más en el 30. La zona de la playa es siempre mi punto débil, donde más sufrí el año pasado. Ahí me examino: no estoy peor que en el 10 y alucino por ello. Viene a mi cabeza la bici: esas tiradas de 70 y 80 kilómetros le han sentado de fábula a mis cuádriceps y más allá del 35 sigo clavando el ritmo casi de salida.

En el 38 vuelvo a ver a mi hermana con mi cuñado. Intercambiamos saludos, esta vez sin parada, y me voy para el casco antiguo de Barcelona con una ampolla puñetera, algo más tostado de piernas (es un maratón, no una broma) pero aún rodando a un ritmo decente. Ahora la cabeza suma muchos enteros porque el 80 por ciento de los que me rodean caminan y alguno con dificultad. La tentación de acompañarles es grande pero me da que andará cerca lo de las 5 horas y continúo corriendo con aceptable ánimo. Mi mejor marca data del 2007, 5:02, y lo de las 5:20 se ha repetido ya demasiado. Caen así el 39, y el 40. Antes del 41 ya veo la plaza al fondo y mis piernas aún me llevan. No sé cómo pero subo un poquito el ritmo (el último km me sale por debajo de 6'). Antes de las torres venecianas veo un coche con el crono oficial: ¡4: 54:00! Lo tengo, me cambia la cara, aprieto porque hasta le voy a bajar de 4:55 al reloj de meta (hay que restarle los 7 minutos que tardé en salir). Empiezo a pasar a todos. Recuerdo los calambres del año pasado: no están. Me gritan mis amigos desde las gradas: ¡Vamos Pepeee! Y cruzo esa meta con una enorme sonrisa de oreja a oreja que aún hoy, 2 días y muchas agujetas después, no ha desaparecido.

Marca oficial 4:48:20, récord personal. Esto es fantástico. Habrá más maratones.

Enhorabuena a los que llegaron a meta. Ánimos a los que lo intentaron y, a los demás, a todos, mucha salud para seguir en la brecha.


viernes, 5 de marzo de 2010

42 y 195

Por último dejo en el blog este vídeo. No es nuevo. Tampoco para mí, pero en su día me gustó mucho y me parece un momento ideal para volver a él. 42 y 195.

CINCO

No hay quinto malo, o eso dicen. Cuando me propuse el reto de completar un maratón pensaba que estaba bien eso de volver a sentirse joven y capaz de embarcarse en aventuras de ese tipo, pero a la vez tenía claro que mi genética no acompañaba y, si terminaba con éxito, posiblemente todo quedaría en una bonita historia que contar sobre esa vez que me propuse correr la mítica distancia.

Lo que pasa es que correr engancha, y el maratón es la droga dura. Terminé el primero jurando en arameo aquello de nunca más y al llegar a casa ya estaba pensando en el segundo, comentándolo por teléfono con el gran Santi Palillo. El debut primaveral en 2007 tuvo su continuidad en otoño del mismo año. Si primero fue Barcelona, la repetición de la jugada fue en Palma, para correr el Tui. 2008 fue el año de probar Mapoma, sin duda el mejor maratón de todos los que se hacen y deshacen por estos lares. Duro por el perfil pero fantástico en el recuerdo por el trato recibido en el antes, el durante y el después. En 2009 volví a casa, y repetí en Barcelona por logística fundamentalmente. Este año completo la trilogía de la Ciudad Condal y mi quinto "no malo" si todo sale bien. Será especial por muchas razones que no vienen demasiado a cuento. Tengo ganas, muchas ganas no sólo de correrlo sino de disfrutarlo e incluso estoy preparado para sufrirlo porque nadie cubre esos 42 kilómetros sin pasar malos ratos de esos que constituyen la condición necesaria para recordar el día con la mejor de las sonrisas.

Si os cruzáis conmigo, saludadme por favor. Esta vez voy sólo (y ahí está la gracia).

martes, 2 de marzo de 2010

NO QUEDA NADA...


Eso, poca literatura, que no queda nada, menos de una semana y nos paseamos por Barcelona. No se puede pedir más: nos paran los coches, tomamos el asfalto, nos dan agua, isotónicos, esponjas, atención médica, aplausos y gritos de ánimo (aunque alguno al vernos se pregunte qué demonios estamos haciendo tanto loco junto).

Me preguntaba hoy un colega de trabajo si estoy preparado. Le dije que no. En realidad he entrenado algo más que el año pasado, cuando una lesión muscular me fastidió el último mes y medio y salí a ver qué pasaba. De todos modos, mi entrenamiento sigue teniendo bien poca ciencia: corro ratos o ratitos. Encima ahora con lo del Ironman y mi compromiso con la bici y la piscina (algo aparcado estas dos últimas semanas) lo de correr habiendo entrenado específicamente para la distancia deberá esperar a futuras convocatorias.

Mi preparación ha sido la del período de base aeróbica del programa para el IM, añadiendo rodajes algo más largos los domingos, desde 1h30' hasta un tope de 2h46' para no-sé-cuántos kilómetros. Con eso debería bastar para llegar sano a la meta que, al final, es lo que importa.

Como pasé el fin de semana de viaje con la familia corrí el lunes (45') y hoy martes (45' más). Esta tarde me pongo en manos del fisio para uno de esos masajes de descarga del que espero recuperarme pronto (machacan lo suyo), volver a rodar el jueves suave y ya veremos si el viernes hago algo cortito y vigoroso para activar las piernas o simplemente las pongo en alto y me echo una siesta descomunal a la salud de Filípides.

Desde el punto de vista logístico, viajo el sábado, llegando a Barcelona sobre mediodía, más o menos. Mis intenciones apuntan a visitar la feria poco antes de la hora de comer para recoger el dorsal y dar una vueltecita por el lugar. El día de la carrera llegaré prontito a la salida, en metro, supongo, para disfrutar del ambiente de maratón. Me encantaría saludar a todos los valientes que tienen a bien pasarse por aquí de vez en cuando y van a tomar la salida el domingo por la mañana, de corredores o de espectadores, que todo tiene su mérito. Hasta entonces pues, salud y buen descanso.

domingo, 21 de febrero de 2010

ES LUPUS

Foreman: Para tratar pacientes nos hicimos médicos.

House: No, para tratar enfermedades somos médicos. Tratar pacientes es el inconveniente de esta profesión.

No me he vuelto arrogante, ególatra, narcisista o antisocial. Tampoco agonizo víctima de un ataque de misantropía, aunque ha faltado poco, muy poco. Algunos dirán que me estoy volviendo viejo: el martes cumplí 40 y no soy capaz de arrancar de mi cabeza el infame pensamiento de que dentro de 10 años cumpliré 50. En plena crisis, sí, pero no es eso.

Resulta que para empezar con el invento este del triatlón y llegar a Frankfurt sabiendo un poquito de que va el rollo me inscribí en una prueba de la llamada distancia B o Half Ironman. Hablo concretamente de la Challenge-Barcelona Maresme en Calella, para el mes de mayo (supongo). Es la segunda edición de este Half. La organización tiene una página web (www.challenge-barcelona.com) y ahí acudo para formalizar todos los trámites que incluían el desembolso de la bonita cifra de 150 eurazos que se cobran con cargo a mi correspondiente tarjeta de crédito de modo puntual. Y parece que no hay carrera. A ver si soy capaz de explicarlo (hasta donde yo sé) de modo resumido:

TEAM-CHALLENGE GERMANY es una empresa alemana, dueña de los derechos de las competiciones de marca "Challenge". Los alemanes contratan el año pasado a una empresa española, EVOLUTION, para organizar tanto el Half (1900 m nadando, 90 km en bici y 21 km corriendo a pie) como el Challenge (distancia completa 3800-180-42).

Para este 2010, EVOLUTION abre inscripciones y nos apuntamos. Mientras tanto llega el mal rollo, las discusiones y la ruptura del contrato entre EVOLUTION y TEAM-CHALLENGE. Ambas partes dicen poseer los derechos de organización de la prueba. EVOLUTION sostiene que el Half va a ser organizado tal y como estaba previsto el próximo 23 de mayo. TEAM-CHALLENGE, propietaria de los derechos, renegocia los permisos con las autoridades locales y organiza su Half el 16 de mayo, abriendo una página web para ello idéntica a la de EVOLUTION pero terminada en .es (www.challenge-barcelona.es) Ambas pruebas en Calella.

Las dos empresas se cruzan denuncias y todo queda en manos de un juez que, como suele ser costumbre del lugar, resolverá cuando le parezca.

Mando sendos correos electrónicos a las dos partes. Ambas se reconocen como legítimas organizadoras de la prueba: TEAM-CHALLENGE por poseer los derechos y tener los acuerdos con las autoridades, y EVOLUTION por defender el contrato que, por 5 años, firmaron la temporada pasada y consideran vigente hasta que un juez no diga lo contrario. Ahí estamos, a la espera de saber qué demonios es lo que padece el enfermo, aceptando los pros y contras de la medicina y odiando a los pacientes. EVOLUTION no está dispuesta a devolver a nadie el dinero de la inscripción, aunque todo apunta a que, siendo el hermano pobre, el Half lo organizará finalmente TEAM-CHALLENGE. Y los alemanes siguen con sus inscripciones a buen ritmo amenazando con dejarnos fuera a los que nos inscribimos con los españoles (cuando sólo existía la posibilidad de hacerlo así, hace ya meses).

En otro orden de cosas, esta semana pasé un par de días en Barcelona. Conseguí salir a correr un ratito el miércoles, y volviendo tropecé con uno de mis amiguetes favoritos, asiduo de esta bitácora, maratoniano, ironman y la mar de majete. Como por navidades casi todos los corredores barceloneses me dejaron con mi saludo de pueblo en el aire, me he vuelto un poco House e ignoro a todo bicho trotante con el que me cruzo corriendo por la ciudad condal. Por suerte Pau (www.ironpanic.com) es infinitamente más sociable que yo y, no sin cierto estupor (o desconcierto geográfico), me reconoció, tuvo a bien pararse, abandonar a sus compañeros de entrenamiento y comentar conmigo la jugada. Como diría mi primo, fue un puntazo. Y trotando de vuelta a casa volví a saludar a tantos corredores como se cruzaron conmigo. Otra vez sin éxito, claro.

Salud y buenos rodajes a todos.

lunes, 8 de febrero de 2010

CORRIENDO CON CARLOTA

Cuando apostamos por la paternidad fuimos convenientemente advertidos de los cambios que la niña iba a ocasionar en nuestro estilo de vida. Personalmente sabía que Carlota iba a exigir mucho tiempo de calidad que, como no nací millonario, debía salir del que dedicaba habitualmente al ocio, en buena parte lo llenado por el entrenamiento.

Inmediatamente pensé en el carrito. Mi santa no tragó con "el mónstruo de las tres ruedas" por aquello de tener (ella) un coche pequeño y nuestra casa demasiadas puertas. Habiendo comprado para Carlota el clásico carrito compacto y práctico con el que no se puede salir a correr, fijé mi objetivo en uno de esos "babyjogger" tan molones, ruedas grandes y finas, y precio por las nubes. Como mi cumpleaños estaba lejos, los reyes no se iban a mostrar demasiado generosos y la paga extra estaba más que gastada el proyecto durmió el sueño de los justos y salir a correr con Carlota tuvo que esperar... hasta hace unos tres meses.

Un conocido iba a jubilar un carrito de tres ruedas en buen estado. Hablándolo se ofreció a prestármelo, pero ya se sabe lo que pasa con estas cosas: las usas, las usas y las usas y para cuando debes devolverlas te mueres de vergüenza por el estado en el que se encuentran. Le pedí que le pusiera precio, llegamos a un acuerdo justo y me llevé el carrito a casa. Tras un leve mantenimiento apretando un par de tornillos, repasando las ruedas y dando una manita de lubricante a las partes móviles el nuevo bólido de Carlota enseguida funcionó de maravilla.

No diré que lo hayamos usado mucho, la verdad. El invierno está siendo duro por estos lares, con frío, viento y humedad, y una cosa es que Carlota y yo queramos salir a correr juntos y otra muy distinta es que arriesgue la salud de mi hija de modo innecesario. Eso sí, cuando hemos salido la experiencia ha valido la pena. Le monté un saquito de esos de invierno, y Carlota se acurruca dentro de él y se pasa todo el rodaje riendo.

Hay un par de cosas interesantes que apuntar con respecto a esto de correr con el carrito del bebé:

Lo primero es esperar a que el bebé tenga fuerza suficiente en el cuello como para no lastimarse con los baches. Normalmente eso sucede sobre los 7 meses, aunque puede ser un poquito antes (sobretodo si se hace sólo asfalto) o un poquito después en función de cada bebé. Después recomiendan acostumbrar poco a poco al pasajero. Yo no tuve ese problema porque a mi hija todo lo que sea salir de casa le encanta y ya pasamos el verano yendo en bici de aquí para allí con una sillita frontal de la que tengo que hablar algún día (una auténtica maravilla).

Otra cuestión importante es el ritmo: como es lógico hay que bajar un poquito el pistón porque se trata de reservar fuerzas para empujar el carrito (sobretodo se nota la más mínima cuesta), para ir comentando la jugada con el bebé (con mi hija contamos gaviotas, saludamos a las vacas, ...) y andar un poco pendiente de si se quita los guantes y los tira por la borda, si se duerme y se descoloca, etc.

En cuanto a la técnica, encuentro difícil correr con las dos manos en el carrito, porque mis hombros están acostumbrados a bascular para contrarrestar la rotación de mi cadera (como en cualquier otro ser humano, ni más ni menos). Es más sencillo empujar el carrito con una mano y mover en libre braceo la otra extremidad superior. Conduzco mejor con la derecha, pero estoy aprendiendo a hacerlo también con la izquierda, por aquello de entrenar compensado. Hay que saber que la rueda delantera de un carrito que sirva para correr no es direccional (es fija) y hay que estar un poco atento también a si hay que levantar el carrito tanto para superar obstáculos como para girar cuando la curva es curva de verdad. Aún así, con una mano el carrito s se dirige bien sin levantar la rueda delantera si los giros son suficientemente suaves.

Lo dicho, toda una experiencia tanto para el papi (o la mami) como para el bebé. Absolutamente recomendable hablando desde mi experiencia (limitada pero intensa). Carlota se pone a aplaudir cuando ve que empiezo a vestirme de romano y saco su anorak y su gorro orejero preferido.

Salud y buenos rodajes, solos o tan bien acompañados como podáis.

jueves, 28 de enero de 2010

LENTO

No quisiera cansar a nadie con mucha filosofía. Me llevé la bronca de mi querido Ricardo tras el "pobre" papel realizado en el campeonato de Baleares de Cross. Su argumento era irrefutable: un tío que puede correrse esos 8 kilómetros a 5'20" o 5'30" no debe permitirse terminar invirtiendo algo más de 6 minutos cada 1000. Ir acompañando a Julio no es excusa: era el gran campeonato para veteranos (sic), individual y por clubes, y se trataba de darlo todo. Y Julio que espabile...

Soy lento, muy lento. Hay dos razones para que las leyes de la física me maltraten de ese modo. La primera razón por la que no corro rápido es porque no puedo. La segunda es porque no quiero. Posiblemente hice de la necesidad virtud, me adapté a mis posibilidades y descubrí un nuevo mundo fuera de la ley en el que las cosas me iban más o menos bien, donde había espacio para todos, independientemente de sus capacidades.

Además la velocidad es técnicamente un concepto relativo: yo hasta puedo parecer rápido si se me compara con los 10 últimos de cualquier gran maratón del mundo, y mi amigo Ricardo es una auténtica tortuga comparado con conocidos míos que se zampan un maratón en 2h 40' (y estos a su vez son lentísimos si corren con Gebresselassie, claro).

Respeto a los rápidos, hasta les envidio en cierto modo por ello, pero no me molesta en absoluto ser lento. Hago sus mismos kilómetros pero paso más tiempo sobre el asfalto. Lo más importante es que adoro lo que hago, no podría vivir sin ello y disfruto de cada minuto que paso ahí afuera. Tan sólo pido que me dejen hacerlo a mi manera. Además pienso que si alguno de los que se queda en casa se lo llegase a plantear de este modo cambiaríamos el sofá por el pelotón de cola en muchos casos. Y no me digan que no es mejor correr despacito por el campo que vivir encerrado frente al televisor.

El tema se me pasó por la cabeza al coincidir en el tiempo la "bronca" de mi compañero con el hallazgo de esta foto. Es el medio maratón de Pollensa del año pasado, en uno de los avituallamientos. Ya se sabe, la chica simpática, el fotógrafo apuntando,... tuve que parame a posar. La marca fue una ruína, claro, pero lo bien que me lo pasé no me lo quita nadie (y corrí los 21km una vez más, y ya van unas cuantas...)

Salud y buenos rodajes (rápidos o lenos ¿qué más da?)

PS. Ricardo es casi un hermano para mí. Acepto su crítica como lo que fue: una opinión emitida desde el buen rollo que tenemos no sólo él y yo sino entre todos los compañeros de club.

lunes, 25 de enero de 2010

RECOPILANDO

Bueno, ya sé que casi andamos metidos en febrero, pero feliz año a todos. Sobretodo porque la última vez que aparecí por aquí fue el 20 de diciembre y (nunca mejor dicho) ya ha llovido mucho desde entonces. Recopilo pues.

Pasé las navidades en Barcelona. Nada de bici o piscina pero sí pude salir a correr en plan jogger prácticamente cada día. El mejor día del año para correr por Barcelona es el día de Navidad, sobre las 8 de la mañana, más o menos. Si sales ese día a esa hora, la ciudad te pertenece. Bueno, la compartes con aquellos que dan a la nochebuena sus últimos coletazos, con algún madrugador recalcitrante en busca de un periódico o una barra de pan y con unos pocos locos corredores como tú. Paradójicamente mi peor experiencia fue con esta última estirpe: debo estar volviéndome "de pueblo", pero me dio por saludar a cada uno de estos sudorosos fanáticos de la zapatilla tal como iba cruzándome con ellos. Algunos pueden alegar en defensa propia limitaciones auditivas producto de esa abyecta moda de correr con el ipod a todo trapo, pero la verdad es que la inmensa mayoría ni me miró a la cara, dejándome con la mano alzada y la cara de tonto. Cosas de la gran ciudad, aventuro.

De vuelta a casa me sumergí en la vorágine del sprint final de la temporada de crosses, primero en Menorca y luego en la final del Campeonato de Baleares en Mallorca ayer mismo. Puedo decir con orgullo que, de mi casi superada categoría M-35 (en 20 días me ascienden a M-40) soy el vigésimoquinto de Baleares. Corrían 25, cosas de tomarse esto "de otro modo". Bueno, en descargo propio puedo contar que para aprovechar el día (el objetivo es el maratón de Barcelona) rodé una hora como calentamiento y luego corrí el cross. Además, definitivamente este no es mi mundo. Todo bicho viviente que osa federarse y competir en estos campeonatos va a lo que va y corre que se las pela. Yo no. Hasta mi Santa ha insinuado que aprovecharía más el tiempo entrenando, que "me borre". Lo que ocurre es que en un lugar pequeño como Menorca, mucha de la oferta de carreras es para los federados. O te federas o a rodar por el campo, y tampoco es eso. Además el ambiente local es magnífico, y estar federado me permite viajar con mis compañeros de club a todas las competiciones organizadas a nivel Balear. A la hora de correr en esas pruebas soy un bicho raro, pero tengo ya las rarezas superadas y en mi club toleran mi fobia a la velocidad hasta con buena cara.

Ahora toca maratón. Mi tercera vez en Barcelona y mi quinta vez total. Sigo conformándome con terminar, pero no negaré que teniendo 5:02 como marca personal estaría bien poder romper la barrera de las 5 horas. Supongo que con una marca de 4:59 seguiré pudiendo utilizar mi nick sin problemas.

Más de un mes en silencio. Puede que esto ya no lo lea nadie. La gente se desconecta cuando uno deja de dar señales de vida, como es lógico. Paso de tópicos: no sé si esto va a actualizarse con más frecuencia. En cualquier caso, para lectores y no lectores, mucha salud y buenos rodajes. Deseos patrocinados por Slowcarlota y Slowpepe, los de la foto de arriba. Y sed felices.

domingo, 20 de diciembre de 2009

SURFEANDO LA OLA FRÍA

Cuando en España se habla de mal tiempo yo suelo entender mucho frío en la parte más interior de la península y viento en el norte de Cataluña y Baleares. Ese viento suele ser de componente norte, un viento potente y frío. Menorca es la isla más al norte del archipiélago balear. Yo vivo en el norte de esa isla, y hasta hoy llevábamos una semana azotados por el temporal de lluvia y viento, con mucho frío. Cuando el tiempo está así de rebelde, lo que a uno menos le apetece es salir a practicar deporte al aire libre, claro.

El gimnasio me salvó la semanita de lunes a viernes. Por un lado en la piscina empiezo a notar pequeñísimas mejoras en mis sensaciones, aunque los tiempos aún no se han visto afectados por el volumen de trabajo ya realizado. Me conformo con nadar más a gusto, de momento, y lo de mejorar la velocidad supongo que llegará con el tiempo.

Las bicicletas estáticas cumplieron su cometido también esta semana. Hasta el sábado, los volúmenes de ciclismo no son demasiado altos en el plan, porque el mismo está pensado para gente que por sus obligaciones laborales no dispone de demasiado tiempo entre semana para entrenar. El sábado me tocaban 2 horas y media de rodaje pero el día salió con muchísimo viento y lluvia. Me propuse cambiarlo por una sesión sobre la bici de spinning, pero ahí no aguanté más de una hora, por lo que la tirada larga quedó en proyecto.

Hoy domingo corrí un cross en Sant Lluís. Con un frío de mil demonios tuve el honroso deber de cerrar la clasificación. Las inclemencias meteorológicas asustaron a casi todo el pelotón de cola que se quedó en casita junto al radiador. Tan sólo dos chicas fueron todo el tiempo por detrás de mí, pero ellas daban una vuelta menos al circuito por lo que el último en pasar por meta fue un servidor (cosas de correr federado cuando, probablemente, no debiera haberlo hecho nunca).

Al terminar el cross (durante el cual padecimos no sólo un cortante frío sino también una fina lluvia) salió el sol. Después de colaborar en la recogida de la cinta que marcaba el circuito (cosas de que fuese mi club el que organizaba la carrera) marché a casa a comer. Tal y como finalmente quedó el día, con sol y sin viento, no esperé ni a hacer la digestión: me volví a vestir de romano y salí con la bici a por 40 kilometrillos de prácticas. Y digo prácticas porque sigo aprendiendo a montar con el nuevo manillar.

Lo de los acoples lo llevo más o menos bien. Ya conduzco bastante recto y la posición me resulta relativamente cómoda de cintura para arriba, sin molestias durante ni después a nivel de hombros y espalda. Lo del culo es otro cantar. No estoy nada cómodo con la nueva posición sobre el sillín. No lo adelanté porque monté una potencia más cortita, pero sí lo incliné un poquito hacia delante. Aún así, mis partes nobles siguen padeciendo demasiado cada vez que me tiro sobre esos cuernos intentando convertirme en triatleta. No sé si el tema está tanto en la posición del sillín, en el tipo de sillín o en la falta de costumbre. Si no termino de hacerme con el tema me pensaré el instalar un sillín de triatlón, algo más largo y reforzado en su parte delantera.

Por lo demás, he rodado muy a gustito. Algo cansado por el cross de la mañana pero contento por poderme subir de nuevo a la bici después de una semana, sobretodo porque con las vacaciones viajamos a Barcelona y ahí sólo voy a poder salir a correr (aunque me llevo bañador, gorro y gafotas por si encuentro una piscina donde me acepten sin ser socio, previo pago de la correspondiente entrada puntual, claro). El martes volamos. A ver si puedo dejar algo aquí antes de desaparecer. Hasta entonces...

...mucha salud a todos!

PS. Lo de Pamela en bici con la pachorra y el latte de Starbucks en la mano es toda una metáfora de lo que no pude hacer esta puñetera semana: montar en bici en condiciones.
Por cierto, lo de doblar no debe ser muy bueno porque tengo las piernas más tostadas que la pipa de Toro Sentado. Ale, más salud.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

GOT MORE MOTIVATION? (MATT HOOVER EN HAWAII)

Conocía la histora de Matt Hoover, ganador de la (creo) segunda edición del reality "America's Biggest Looser", un Gran Hermano para gordos en el que el que más perdía ganaba. Hubo cierta polémica por como consiguió su plaza en el Campeonato del Mundo distancia Ironman (marca registrada) y no entró dentro del corte por poco más de 3 minutos. Aún así, su historia es la mejor prueba del tan americano "if there's a will, there's a way".

Gracias al amigo CoRRoeNCoRVaDo por el toque. Lo que no sabía es que este vídeo estaba en Youtube.

Salud!

GOT MOTIVATION?

lunes, 14 de diciembre de 2009

CARRERA DE LA BASE NAVAL. LOS ACOPLES.


(Foto cortesía de Rossi Kruger) Empezando por el final y con el retraso propio de la escasez de tiempo, derivada de mi dedicación este fin de semana al noble arte del anfitrionaje, el sábado corrimos una edición más (sobretodo para la mayoría, que para mí era la primera) de la carrera popular de la base naval.

Yo creía que la base era fundamentalmente el conjunto del muelle militar y edificios colindantes, pero no. Resulta que el monte que se eleva tras las últimas dependencias de la Armada tiene un camino con una cuesta interminable que formaba parte por dos veces (cosas de los circuitos con vueltas) del recorrido de la carrera. Fue como digo una mañana durilla, pero el buen ambiente, la bondad meteorológica, las ganas de colgarnos un dorsal y el aperitivo final ofrecido por nuestros anfitriones militares (sobretodo) dejan para el recuerdo muchas ganas de repetir el año que viene.

Deportivamente fue una ruína, como siempre. Bueno, mis sensaciones fueron más que aceptables, hasta podría decir que me divertí corriendo, pero se conoce que todos los demás están a años luz, porque no hay manera (ni mucha intención, la verdad) de abandonar la cola del pelotón ya sea cuesta arriba, cuesta abajo o llanito. Como muestra un botón: valientemente tomó la salida con nosotros un marchador (bueno, eso sí). Bien, terminé esprintándole en meta. Si no apretamos todos los de la foto nos pasa. En fin, es lo que hay.



En otro orden de cosas, el viernes estrené los acoples en la bici. Compré en Esportíssim, tienda especializada de Barcelona en la que el trato fue exquisito, los Profile Carbon Strike, como los de la foto. A falta de subir imágenes de mi propia bicicleta, debo decir que los míos están un poquito más cerrados y la cazoleta reposabrazos (seguro que ese no es su nombre pero...) tiene un muelle que la levanta cuando no la uso. De este modo dispongo de todo el espacio en el manillar para poner las manos cuando no voy acoplado. Para adaptar la geometría de la bicicleta al nuevo punto de agarre en los acoples, en lugar de adelantar el sillín cambié la potencia (que es la pieza que va del cuadro de la bicicleta al manillar) por otra 2 cm más corta. De este modo no cambia la relación entre mi centro de gravedad y el eje del pedalier (eso me dijeron) ni tampoco el modo en que mis piernas transfieren la fuerza a los pedales, pero sí estoy algo más adelantado en relación al manillar (de hecho es éste el que está ahora más retrasado) y la posición aunque sea muy nueva para mí no me resulta demasiado incómoda.

Eso, que el viernes los probé. Parecía un borrachín en bicicleta, incapaz de mantener la dirección recta, a riesgo de terminar fuera del arcén sobre la vegetación que acompaña a la carretera. Salí con Ángel, y por fortuna él es mucho más sensato que yo y en poco tiempo alcanzamos el desvío de la carretera que de Favàritx. Esa carretera termina en un faro y está muy poco transitada por estas fechas. Además hay un par de rectas muy largas y asfalto casi nuevo, por lo que era el terreno ideal para acoplarse y rodar probando el material. Según Ángel todo fue sorprendentemente bien. Hasta me dijo que tenía buena pinta y, como amigo, sé que dijo la verdad porque lo contrario no me ayudaría lo más mínimo. Su única observación hizo referencia a la pérdida de "redondez" de mi pedaleo. Según él, el pedaleo es redondo cuando se aprovecha no sólo la fuerza del pie que baja sino también la del pie que sube. Me ha costado bastante aprender a hacerlo sin acoples. Por lo visto ese aprendizaje poco consolidado se olvida cuando tengo que estar pendiente de agarrarme a dos palos que salen del centro del manillar. Imagino que la práctica terminará por resolver el problema.

Pensaba que al día siguiente mi espalda iba a recordarme que lo de los acoples no es para novatos pero me equivoqué: ninguna molestia. Incluso debo añadir que la salida en bici fue el viernes por la tarde y el sábado por la mañana corrí la carrera de la base, tan feliz. Eso sí, parece claro que hacer kilómetros con el nuevo material es imprescindible para poder usarlo con garantías ya no sólo en el IM de Frankfurt sino incluso en el Half de Calella que correremos en mayo.

Hasta entonces queda mucho entrenamiento.

Salud!

jueves, 10 de diciembre de 2009

CORRIENDO


Hoy cuelgo una foto del último medio maratón local, entrando con Carlota en meta. Una parecida (no ésta) subí hace un tiempo

Decir que correr se me da bien es faltar gravemente a la verdad. Con semejantes condiciones (por eso cuelgo una foto actual, a título ilustrativo) más podría defender un pasado en la Liga Nacional (de aquí) de Fútbol Americano, que lo hubo, que una vida dedicada a correr desde hace algunos (aunque no demasiados) años ya.

Hoy tocaba correr, 60 minutos en una zona aeróbica confortable según el sr. Polar. Quedé con Juanki en la pista municipal, que tiene un perímetro amplio de hierba bajita que se lleva muy bien con mis articulaciones. Las vueltas no son de más de 500 metros, pero cambiando de sentido cada 15 minutos, con el sol y la buena temperatura que teníamos hoy y la entretenida conversación, el rodaje fue fantástico. Juanki es de los pocos atletas de 4'30"/km capaces de adaptarse a mi ritmo y correr sin acelerarme. Normalmente es así, aunque hoy, sabiendo que íbamos a coincidir durante media horita, me exprimí un poquito más de la cuenta al punto de que mi colega me preguntó en más de una ocasión si iba bien (por lo poco hablador que me había vuelto). Al quedarme sólo, con 30 minutillos por delante he reducido el ritmo (necesitaba ese respiro) para luego ir aumentándolo poquito a poco hasta llegar a mis pulsaciones objetivo sin pasar para nada (145 ppm, para los aficionados a la ciencia). Entonces se ha producido el milagro de los panes y los peces pero en versión trotona: maravillosas sensaciones han aparecido como de la nada. Corría sin apenas esfuerzo, como flotando sobre la hierba, percibiendo cada pisada mientras disfrutaba del sol en mi cara y la suave brisa de la mañana menorquina. Sé que es una cursilada como un templo, pero sólo así puedo describir esa rara conexión con el correr que viví esta mañana, algo que pasa muy pocas veces (al menos a mí) y que me reconcilia con esto del sudar al aire libre.

Sigo siendo un corredor de pacotilla, pero en ocasiones hasta pienso que completar un entrenamiento puede ser lo mejor que me vaya a pasar en todo el día (hasta que llego a casa y mi hija me da uno de sus abrazos y el mejor beso de los que acaba de aprender a dar).

Mañana hablo de los acoples. Hasta entonces, mucha salud.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

TRANSICIÓN

Me cuentan que el triatlón no son sólo 3 segmentos (natación, ciclismo y carrera a pie) sino también algo llamado T1 y T2 que, lejos de referirse a terminales aeroportuarias son nombres que identifican al espacio de tiempo que transcurre desde que se sale del agua hasta que se empieza a pedalear (T1) o desde que uno se baja de la bici hasta que empieza a correr (T2). Incluso ambos lapsos temporales, en triatlón, se cronometran y llegan a aparecer referencias de la marca lograda en cada transición en los resúmenes numéricos que la organización ofrece a los triatletas al final de cada prueba en concreto.

Cuando mi Coach dijo que las transiciones se deben entrenar pensé inmediatamente que debía planificar sesiones en las que aprendiera a quitarme un neopreno que aún no tengo, secarme bien las partes nobles y vestirme de romano para montar en bici o empezar a correr lo más rápidamente posible. Pero no, el Coach se refería a entrenar la adaptación muscular y articular entre un tipo de trabajo y otro, fundamentalmente entre la bicicleta y la carrera a pie, que por lo visto se parecen menos de lo que uno podía pensar.

EL PLAN me obliga a realizar dos tipos de trabajo de transición. Uno los miércoles (entre semana los volúmenes de trabajo son casi de funcionario, de lo más llevadero) trabajando hasta una hora sobre la bici y unos 20 minutos corriendo inmediatamente después. La otra transición, que me da que no va a ser tan sencilla, supone salir a correr (no mucho, empezando por 20 minutos con un máximo de 1 hora) después de la tirada larga de bicicleta. Ahí sí se notará un poco más eso de que las piernas no van para empezar a trotar.

Hoy el tema quedó en un chapuzón de duración indeterminada en la piscina (el Coach lo llama "técnica"), 30 minutos de bici estática alegre (con resistencia) y 20 minutos largos de carrera inmediatamente después. Y sí, las piernas no iban demasiado al empezar la última parte de la sesión. Bueno, no es que de normal vayan demasiado, pero no suelo parecer un pato mareado hasta que no llevo unos kilómetros en las zapatillas. Eso sí, fue la mar de divertido: cuando estaba a punto de cansarme de la bici ya me tocaba correr. Esto del Tri es muy entrentenido.

Salud!

martes, 8 de diciembre de 2009

Preparados..., listos..., ¡ya! Camino a Frankfurt

Esto ha empezado ya. Llevo varias semanas, puede que incluso meses, preparándome para comenzar, y el lunes pasado (ayer para el que esto escribe)
inicié la cuenta de 30 semanas justas, la última de las cuales va a transcurrir en buena parte por tierras germanas. Esas 30 semanas es lo que dura mi plan de entrenamiento, que se inició con mal pie para no perder la costumbre.

De puente por Barcelona y si poder salir en bici, el lunes salí a correr sin que fuese lo que el plan decía. Fue poco más de una horita, a ritmos controlados y disfrutando del rodaje propio de las 10 primeras semanas de construcción de base aeróbica. Hoy martes tocaba correr pero tan pronto como aterricé por casa me vestí de romano, monté en la bici e hice una salidita de poquito más de 50km en dos horas peladas, lo que contando fácil da una media de 25km/h. Para entender lo de las medias que voy a sacar no sólo hay que saber un poquito de ciclismo, sino también ayuda conocer la isla en la que vivo, que para mí que era mucho más grande siglos atrás y alguien se ocupó de arrugarla para que cupiese en su sitio, dejando cuestas por todas partes y lo que ello significa para montar en bici.

Así pues, por necesidades del guión, en las primeras dos sesiones ya he hecho de mi capa un sayo colocando entrenamientos que no tocaban en lugar de los que sí tocaban pero no podía hacer. Al final supongo que, como dice un colega, lo importante es nadar mucho, pedalear mucho y correr mucho, llegando sano a la salida, por lo que espero que en este caso el orden de los factores no altere demasiado el producto.

Mañana me toca una cosa llamada transición. Es algo así como enseñar al cuerpo a correr después de una sesión de ciclismo. Poco volumen todavía, porque estoy empezando, pero ya se va pareciendo esto a lo que hacen los triatletas serios. Cuando lo haga ya contaré.

PS. He tenido el blog bastante abandonado estos últimos meses. He dejado sin contestar algún comentario, razón por la que me disculpo añadiendo que todos los he leído y por todos doy las gracias. En adelante trataré de encontrar más tiempo para la página y, sobretodo, para interactuar con aquellos que la visitan que, a fin de cuentas, es lo que más me enriquece en todos los aspectos (menos en el económico, claro, pero es que no se puede tener todo).

Salud a todos.