
Si uno no vive en la localidad en la que se va a celebrar la carrera debe tomar ciertas precauciones a la hora de confeccionar el equipaje. Si para llegar a correr hay que tomar un avión, existen una serie de medidas adicionales que hay que contemplar.
Lo primero, el vuelo. En el equipaje de mano voy a llevar todo lo que necesito el domingo para correr, y en los pies las zapas. Si me pierden la maleta, no voy a encontrar material usado por mí en ninguna tienda. Esto es especialmente sensible en el tema zapatillas, como todo el mundo sabe. Lo aprendí de un maratoniano que contaba cómo pocos días antes del Maratón de Nueva York, en el aeropuerto veía llegar montones de tipos (y tipas), con zapas de correr en los pies. Con las cosas del correr no se juega.
Y ahora la lista:
ZAPATILLAS: Estoy dudando. Normalmente uso para competir (curiosa palabra para mí) unas ASICS GEL KAYANO XII. Son fantásticas hasta el km 15. Entonces empiezo a notar una presión en la parte exterior del pie que me causa molestias. Mi pisada es neutra, y estas zapas corrigen una ligera pronación. Puede que sea eso. La alternativa son las NIKE AIR PEGASUS 2006, con cámara de aire en toda la suela. Me da que amortiguan un poco más. Las tengo domadas, dispuestas a ser la elección. Lo decidiré mañana en el último rodaje, aunque acepto opiniones, claro.
CALCETINES: Pues poca cosa que decir. Finitos, muy transpirables, costuras planas, no se baja el elástico, especiales para correr sin problemas. Me llevo dos pares por si las moscas, pero sé cuáles usaré. Están probados.
MALLAS: Cuando tienes muslos de elefante, correr sin mallas es un suicidio. La vaselina dura 45 minutos, y luego... Creo que usaré las de carreraspopulares.com, aunque la sorpresa es que no tienen bolsillo. Tengo otras que sí lo tienen, veremos.
CAMISETA: Técnica (por supuesto), de manga corta y oscura (por coquetería, para qué ocultarlo). La que promociona el blog (en la foto) es una opción. Tanto en mallas como en camiseta, debo admitir que Mayte (mi santa) tiene normalmente la última palabra, porque yo siempre he sido un desastre para los colores. Por tanto, Pepe propone pero Mayte dispone.
GORRITA: Super transpirable (parece que no la lleves), blanca (refleja la máxima luz posible y evita recalentones) y cómoda. Me podéis ver con ella en la foto principal del blog, a la derecha.
VASELINA: Fundamental. A veces en las carreras tienen, pero por si acaso llevo siempre. Básico para los pezones, axilas, pies (poquita ahí), y otras partes menos castas pero sometidas a feroces rozamientos.
GELES DE CARBOHIDRATOS: La gasolina del maratoniano. Tengo previsto tomar 3, en los kilómetros 15, 25 y 35. El último me lo dará la familia, que estará apostada en el 30, pero los otros dos voy a tener que cargarlos, y aún no he decidido cómo. Tengo un cinturón de triatleta, que sin los botellines valdría, pero lo he probado y parezco un árbol de navidad. Atenas me ha recomendado que grape los geles a una goma elástica y los meta por dentro del pantalón. La otra opción es directamente la riñonera, pero me parece un engorro. ¿Algún consejo?
SOBRECITOS DE SALES: No aparecen en la foto. Cargaré dos (dan para un litro de bebida) por si no me llegan los isotónicos de la organización (es que no voy a pasar el primero por los avituallamientos). Con el agua me dará para reponer electrolitos y sales.
IMPERDIBLES: Siempre llevo 4 encima por si acaso. A veces hay, a veces no.
PULSÓMETRO: Es mi gran duda. Con el reloj digital controlo mejor los tiempos, y no quiero obsesionarme cuando las pulsaciones se disparen por el cansancio. Lo pondré en la maleta, pero no sé si lo voy a usar. No llevaré el gps porque quiero vivirlo de otro modo, ir con el autobús de 4:30, etc., pero si monto el polar, seguramente enganche en la zapa el acelerómetro. Ya veremos.
LAS DEMÁS COSAS: Ropa de abrigo para antes y después, una mochila donde guardarla (se la queda Mayte), algo de agua para la espera, y mucha, mucha ilusión.
De todos modos, cuando haya terminado todo esto, me voy a repetir esa frase que tanto me gustó en su día:
LO IMPORTANTE NO ES QUE TERMINÉ. LO IMPORTANTE ES QUE TUVE EL CORAJE DE EMPEZAR.